miércoles, 12 de octubre de 2005

El adiós de Stella, de Linn Ullmann

 El adiós de Stella
Någ jey er hos deg
Linn Ullmann
Traducción de Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo
Editorial Lumen
284 pp


 
Argumento:

Stella se ha caído del tejado de su casa en la calle Frogner de Oslo. Varios testigos la vieron poco antes andar por el tejado con su marido, de modo que quizás no se haya tratado de un accidente o suicidio. La detective Corinne investiga el caso recopilando datos de los testigos. Al tiempo, un paciente de Stella (que era enfermera) un tal Axel, rememora su relación con ella. También una de sus hijas, Amanda.


Comentario:

Aunque por el argumento podría pensarse que se trata de una novela de género negro, con investigación policial donde se intenta dilucidar las causas de la muerte de la tal Stella, el caso es que no es eso en absoluto. El cómo no importa ni el por qué, y es una excusa para hablar de la vida familiar de Stella, sus problemas con el marido, su deseo de tener un nuevo hijo, que él no comparte, su trabajo como enfermera de pacientes terminales, etc, etc...

Sin embargo, la novela no consigue ni una ni otra cosa. La vida de Stella es sosa, y sus problemas con el marido están como un poco en aire. No se sabe muy bien por qué se llevan "mal". Yo lo llamaría relación difícil pero no sabría especificar por qué. Quizás porque ya terminó la pasión y es una relación un poco... no, fría tampoco es... Es que no sé ni definirlo. Ellos juegan, hablan mucho, se graban en video para un agente inmobiliario, y dicen muchas intimidades.

Quizás la parte más conflictiva es la relación de Martin, el marido, con la primera hija de Stella, de otro hombre, e incluso con la suya propia. No las reconoce como hijas. A decir verdad, incluso le producen rechazo. Parece que eso es lo que deteriora el matrimonio, aunque no estoy muy segura, porque todo en esta novela es inconcreto y abstracto.

Los personajes piensan mucho. De hecho, está contada en primera persona por varios de ellos: Corinne, la detective, cuyo cometido sobra totalmente, al no estar planteada como novela de investigación y de género, tres o cuatro testigos del crimen que no dicen nada, o más bien dicen todos lo mismo, que pudo caerse,  tirarse o ser empujada por el marido; Amanda, la hija pre-adolescente, que lo único que hace es contar sus fantasías sexuales con el fontanero y en general, y hablar a su hermana pequeña algunas vaguedades sobre la madre difunta; Axel, el enfermo terminal, que aprovecha para mezclar su relación con Stella, que también es sosa y sin interés, nada del otro barrio, con recuerdos de su propia familia; Martin, e incluso, al final, la propia Stella.

Nada de lo que se cuenta sirve para hacernos una idea de qué ha pasado. Tampoco la vida de Stella es llamativa, si es que la intención de la autora era narrárnosla usando la excusa de su muerte. Mucho sentimiento, mucho divagar, mucho pensar... pero esta novela es vacía y sin sustancia. No se ve la intención de la autora al escribirla, va como a la deriva y no logra despertar la atención en ningún momento.

Lo bueno es que muchos de los monólogos de los personajes son cortos, con lo cual hay muchos saltos de página (algunos capítulos son de apenas un párrafo) y es más corta de lo que parece a simple vista.

La anterior novela de Linn Ulmann, también reseñada en este blog, Antes de que te duermas, era muy más rica en matices, fantasía y contenido, y más coherente. Lo único que destaca en esta es la mezcla de técnicas narrativas, como transcripciones de cintas de video, narración en primera persona, etc... Pero el conjunto es irregular. El final no aclara nada y es muy flojo.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

lunes, 10 de octubre de 2005

Solaris, de Stanislav Lem

Solaris
Stanislav Lem
Traducción de Matilde Horne
234 pp
Editorial Minotauro
 


Argumento:

El psiquiatra Kris Kelvin es enviado a la estación permanente que tiene la Tierra en el planeta Solaris para estudiar el enigmático océano que lo cubre, que no es precisamente de agua. A su llegada Kris se encuentra con que de los otros tres estudiosos, uno ha muerto, Gibarian, y los otros dos, Snaut y Sartorius, viven sumidos en el terror y la paranoia hacia "algo" que los visita y que no tarda en visitarle a él también... En su caso, se trata de su esposa Harey, que años atrás se había suicidado. Kris tratará de averiguar qué tipo de criaturas son esas que se encarnan en sus seres queridos y cómo librarse de ellas...

Comentario:

Normalmente no me gusta la Ciencia Ficción, y mucho menos la denominada Hard, es decir, la pura y dura, que se basa en ideas o en inventos científicos, y no en aventuras (tipo space opera). Sin embargo, este libro me ha gustado y lo he encontrado muy interesante.

Claro está que la trama no es lo más importante, aunque no carece de interés. Lo verdaderamente destacable es el despliegue de fantasía en lo relativo a la descripción de ese curioso océano pensante del planeta Solaris, y a las extrañas formaciones que se dan en su superficie, y que reciben nombres tales como mimoides, longus, asimetriadas, etc... Lem las describe con todo lujo de detalles, con cierto lirismo y con mucha extensión, a veces demasiada, que ocupa una buena parte de la novela, así como también la descripción que hace de los tratados de Solarística, citando la bibliografía completa de los estudios sobre el planeta, las teorías de los autores e incluso la historiografía del proceso de análisis y conocimiento del planeta a lo largo de los siglos. Todo esto, aparece, además, trufado por las propias reflexiones de Kelvin acerca de la naturaleza del ser humano, cuyo único objetivo es, según él, conquistar planetas, e imponer el dominio del hombre. Otro de los personajes, Snaut, también se explaya lo suyo en lo referente a la metafísica de Solaris y su océano, al que dota de una cualidad casi divina, con una concepción de Dios materialista y científica.

Lo he notado más bien frío en lo tocante a las emociones. Cuando Kelvin recibe la visita de la que parece su mujer (aunque él descarta enseguida tal posibilidad, en buena lógica), no se nos describe la tormenta emotiva que esto podría haber causado. Su relación con esa Harey que no es Harey parece más bien de recelo, aunque al final del libro él declara que la ama. No obstante, eso no se aprecia. Los sentimientos no están bien tratados en la novela. Lem no parece interesado en profundizar en la historia de amor de ellos, ni la presente ni la pasada.

Resulta muy peculiar el personaje de Harey, que se ha generado a partir de los recuerdos de Kelvin, quizás por ese océano pensante, con intenciones que permanecen oscuras durante toda la novela. Harey se muestra como un simulacro de ser humano, que resulta prácticamente inmortal (trata de suicidarse y no lo logra), y que lejos de ser tonta, toma pronto la consciencia de saberse "rara" y de reconocer que en realidad no es Harey, con el consiguiente trauma emocional. Es una criatura de fin desconocido que sufre por no ser quien debería ser, ya que ella se siente Harey.

Los tratados de Solaristica que mencioné anteriormente crean un cierto escollo en la fluidez de la novela, sobre todo al final, cuando después de haberse explayado convenientemente, los retoma y vuelve a dar otra lección magistral, que resulta, en esa parte, repetitiva, como si el autor hubiera querido alargar la novela, y repitiera fragmentos anteriores.

Sin embargo, la fuerza evocadora de sus ideas, imágenes y reflexiones sobre Dios, la mente, la naturaleza y destino del ser humano, sobre la identidad, la necesidad humana de conquista y de "contacto" con otras civilizaciones, temas muy propios de la Ciencia Ficción clásica, barnizado todo por un toque lírico, salvan la novela, que se convierte así en un libro de impresiones más que en una historia con trama clásica. De hecho, el final queda bastante abierto, o por decirlo de otra manera, no explicado. Un clásico de la CF.

Existen dos películas basadas en este libro:

Solaris (2002) de Steven Steven Soderbergh
Solaris (1972), de A. Tarkovsky

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