miércoles, 16 de julio de 2008

Dos velas para el diablo, de Laura Gallego


Editorial: SM
414 páginas
17,50 €


Ebook: 6,49 €

Argumento:

En medio de la eterna guerra entre ángeles y demonios, Cat, hija de un ángel y una humana decide investigar el asesinato de su progenitor, para lo que establece una alianza con el demonio Angelo. 


Comentario:

¡ATENCIÓN: SPOILERS!

Desde el comienzo de la novela se percibe la evolución de la autora, tanto a nivel de redacción como de contenido.

El cambio de estilo es lo primero que se observa. La historia está narrada en primera persona y además en presente, lo que en principio me produce rechazo, sobre todo por las posibles dificultades (credibilidad etc) de este narrador para relatar los hechos desde una sola perspectiva, reproducir conversaciones etc...

Sin embargo, se diría que no es una elección caprichosa sino que se utiliza como recurso para el desarrollo de la trama, donde la subjetividad del punto de vista de Cat es esencial para conseguir posteriormente tanto varios efecto sorpresa como la impresión de que todo tiene varias explicaciones posibles.

En la primera parte, cuando la protagonista relata las circunstancias que la han llevado al punto de querer vengarse, hay una acumulación de datos que puede agobiar aun siendo necesaria para la comprensión de Cat y sus circunstancias, además de establecer su propia visión del mundo que la rodea.

La muchacha cuenta sus vivencias con un toque de humor entre ingenioso e irónico que si bien algunas veces resulta obvio y convencional hay otras en las que muestra cierta originalidad, aunque es un tono que puede no ser del agrado de cualquiera, y quizá se le podría "reprochar" la variedad de expresiones tan españolas que se utilizan, ya que Cat no ha estado en el país durante los últimos diez años.

La mayor sorpresa se produce apenas pasada la cuarta parte de la historia (página 138, creo), cuando Cat es asesinada por un demonio en un acto casi premonitorio (la joven comenta ya en la página 13 cual es la diferente actitud de los ángeles y los demonios) que permite constatar hasta qué punto ha trabajado la autora la estructura de la novela.

Tras un hábil interludio en el que parece que el protagonismo va a pasar al demonio Angelo, se retoma la historia desde el punto de vista de Cat, ahora "reducida" a fantasma con una decisión estructural que vuelve a beneficiar el desarrollo de la trama y que convierte a la protagonista en mera observadora de lo que sucede a su alrededor, con las consiguientes sorpresas.

Es a partir de este momento cuando la elección de la primera persona y el tiempo presente da verosimilitud al hecho de que la protagonista relate cada diálogo que escucha, y su conversión en espíritu justifica tanto la entrada en lugares que le serían prohibidos siendo humana (nadie se fija en los fantasmas) como la descripción de investigaciones o aventuras en las que ella no participa directamente.

Otro detalle es que, desde el momento en que se convierte en fantasma la parte de los diálogos formulados por Cat se ponen entre comillas mientras los del resto de  personajes van precedidos del correspondiente guión.

La novela está bien redactada, sin repeticiones innecesarias y reiterativas excepto en uno o dos pasajes, hay lugares que llegan a "verse" a partir de las descripciones (la autora estuvo en esos sitios y se nota), y se percibe que la labor de documentación tanto en las citas de el "Libro de Enoc" y otros que se mencionan como en alusiones a películas ("El Cielo sobre Berlín") etc ha sido exhaustiva y se incluye mayoritariamente con fluidez dentro de la trama.

En cuanto a los personajes, y dado que el relato es en primera persona, es Cat la mejor desarrollada, con ese humor irónico dirigido incluso a si misma y su cambio de situación. El resto de personajes se ven a través de sus ojos y en general no tienen personalidades muy definidas, aunque lo suficiente para diferenciarlos, entre los que destaca Angelo, a quien describen sus diálogos con la joven, en los que se percibe que no es tan "duro" como pretende o el hecho, poco habitual, de que el "villano" de la historia actúa por lo que cree un bien mayor y sufre por lo que se ve obligado a hacer.

La autora consigue recrear su propio mundo fantástico utilizando como base varios textos y dándoles su propia personalidad, como cuando se cuenta lo que hay de cierto o no en el "Libro de Enoc" y otros, o en pasajes breves pero ilustrativos como el eterno enfrentamiento de las dos mujeres chinas (ángel y demonio) y la responsabilidad que conlleva mantener esta "enemistad" o el destino de algunos espíritus desarraigados que vagan por el mundo.

Sin embargo, quizá lo más interesante sea que la autora trata temas adultos, que conceden menos importancia al aspecto fantástico y, sobre todo, al romántico, prefiriendo hacer una llamada a la reflexión sobre lo que estamos haciendo los seres humanos con el mundo mediante las diferentes opciones que toman ambos bandos (ángeles y demonios) para tratar de impedirlo.

Por medio de Cat, mera observadora sin capacidad de decisión, se muestran las posibilidades y los sacrificios que conllevaría cada posible solución mediante unos personajes cuya moralidad no es tan clara como pudiera parecer, desdibujándose los conceptos del bien y el mal como absolutos y dando un vuelco a ciertas ideas preconcebidas (la resolución del dilema personal de la protagonista, etc) con las consiguientes sorpresas y giros argumentales.

Aunque se pueden encontrar algunos temas ya utilizados por la autora (una profecía, espíritus, protagonista adolescente que pueden relacionarse superficialmente con "Crónicas de la Torre", por ejemplo) quienes esperen una novela llena de aventura y romance pueden llevarse una decepción. Por un lado a Cat se lo dan todo hecho y la acción apenas va más allá de viajar a distintos lugares y mantener conversaciones, exceptuando un par de peleas ángel/demonio breves y similares entre si.

En cuanto a la trama romántica, la misma estructura de la novela y la intención de afrontar otros temas la hacen innecesaria, aunque hay una breve concesión al final que es coherente con el resto de la historia y cierra la novela con todas las tramas principales resueltas siguiendo la lógica interior del relato.

Si bien hay varios personajes que podrían ser desarrollados, la autora ya ha dejado claro que no va a haber segundas partes.

En resumen, una novela que muestra una interesante evolución en la obra de LGG.

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