sábado, 28 de febrero de 2009

Hambre asesina, de Frank Schätzing

Mordshunger, 2006
Editorial: Planeta/ Booket
Colección: Betseller internacional
Traducción: María Dolores Ábalos
288 páginas
7,95 €

Argumento:

Mientras intenta superar el abandono de su pareja comiendo, el policía Romanus Cüpper en colaboración con su ayudante Rabenhorst investigan el asesinato de Inka Von Barneck, cuyo fallecimiento nadie parece lamentar.

Comentario (con Spoilers):

Esta novela tiene varios ingredientes de un relato policíaco clásico. Hay un policía "atormentado" y un montón de personajes sopechosos cercanos a la víctima que no parecían sentir el menor afecto hacia ella, ni siquiera su ex marido o su hija, mucho menos su socia y antigua amiga, y cuyos trapos sucios se van desvelando durante los interrogatorios a los que son sometidos.

Durante la obra se juega al equívoco con la similitud física entre el ex marido de la mujer asesinada, Fritz Von Barneck y su asistente y doble, Max Hartmann, incluso ante el hallazgo de un cadáver, y se utilizan tanto los parecidos como las diferencias entre ellos para suministrar (con torpe insistencia) una pista que permite adelantarse al protagonista en la resolución del caso.

También se juega con el miedo del policía a los felinos, que comienza con la prometedora y bien llevada visita al zoo donde trabaja la hija de la asesinada, durante la que se establece un interesante "enfrentamiento" entre los personajes (él la ve como una gata), para finalizar la acción en el mismo escenario, donde Cüpper ha de luchar con sus mayores terrores.

Otro tema recurrente es la afición a la comida tanto de Cüpper como de Rabenhorst, y el empeño de uno por cocinar para el otro, que se resuelve de una forma tan previsible como, relativamente, "divertida".

Los personajes no dejan ser convencionales pese a adornarlos de características poco habituales, desde la relación entre Von Barneck con su doble Hartmann y la de ambos con la secretaria del primero, hasta el anciano, y despistado, mayordomo Schmidt y las discusiones que mantiene con su más lúcida esposa en presencia de los polícias.

Aunque al principio de la novela se diría que el autor intentaba dar un tono diferente al género mostrando al policía, Cüpper, más interesado en preguntarse porqué le ha abandonado su novia y qué comerá a continuación que por el caso, en una curiosa "desmitificación" del investigador clásico, aderezada por un sentido del humor algo surrealista e irónico, muy pronto vuelve al cómodo cauce de lo convencional, y aunque el resultado es una lectura agradable y entretenida, es lamentable que el autor no mantenga el más "original" tono del comienzo.


En 2008 se realizó una adaptación de la novela para TV, protagonizada por: 

Hans-Werner Meyer - Romanus Cüpper 
Johannes Zirner - Jan Rabenhorst 
Henry Hübchen - Fritz von Barneck y Max Hartmann 
Bettina Zimmermann - Eva Feldkamp 
Michou Friesz - Kriminalrätin Truckenbrodt 
Marleen Lohse - Marion Ried 
Heinz W. Krückeberg - Butler Schmitz 


*** T ***


Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

martes, 24 de febrero de 2009

Mandrágora, de Laura Gallego García


Editorial: Pearson/Alhambra, 2003
Colección Juvenil nº 2
168 páginas
9,40 €

Argumento:

El sabio Zacarías y su hija Miriam llegan a la corte del rey Héctor para investigar la desaparición de Cornelius, el erudito real.

Comentario:

"Mandrágora", situada en un ambiente medieval imaginario con leves gotas de realidad, es al tiempo una historia de misterio, fantástica, romántica e iniciatica.

La autora ha conseguido combinar todos estos elementos e incluso darles ocasionales tonos de humor que destacan sobre todo al principio de la novela, como en la presentación de los frívolos y superficiales monarcas: el rey Héctor (más preocupado por la desaparición de su halcón favorito que por la de Cornelius), "manipulado" por su esposa Leonora, que rebautiza a Zacarías como Zacarius porque todos los sabios llevan nombres latinos y largas barbas...

El príncipe la hizo esperar un buen rato, pero finalmente apareció (el corazón de Miriam se puso a dar brincos como loco). La chica lo recibió con una sonrisa.
—¿Qué has preparado? —preguntó Marco, devolviéndole la sonrisa (el corazón de Miriam se derritió como si fuese de man­tequilla).
—Oh... algo de gramática latina, para empezar —respondió ella—.Y las crónicas de Casiodoro, para repasar la historia. Si que­dara tiempo, podríamos ver algo de Virgilio, Horacio o Aristóteles.
—Me parece bien. No me gusta mucho leer, pero haré un esfuerzo.
Marco se sentó junto a ella (el corazón de Miriam se estre­meció de emoción) y echó un vistazo a los libros.
—¿Cuánto tardaré en poder hablar como un hombre ins­truido?
—Pues... eso depende de con cuánta dedicación estudiéis, alteza. En unos meses...
—¿Meses? —cortó Marco, frunciendo el ceño—. Sólo tengo dos días.
—¿Dos días? —repitió Miriam, sin comprender—¿Por qué?
—Porque, dentro de dos días, Rosalía se irá —explicó Marco (el corazón de Miriam fue súbitamente atravesado por un puñal invisible)—.Y tengo que demostrarle que no soy ningún «vani­doso ignorante». Sé que, si su padre le dice que se tiene que casar conmigo, ella no podrá negarse. Pero, aun así, quiero que me respete, quiero demostrarle que no soy un estúpido. Por eso ne­cesito que me des clases, aunque esto debe ser un secreto entre nosotros dos. No quiero ni pensar en lo que diría la gente, y en especial Rosalía, si supiera que estoy recibiendo enseñanzas de una mujer. ¿No estás de acuerdo...? —se detuvo un momento y la miró—. ¿Cuál era tu nombre?
El corazón de Miriam se rompió en mil pedazos.

Destaca también el  "enfrentamiento" de sabios entre Zacarías y el visitante Nemesius, que se sueltan mutuamente frases en latín para comprobar cual de ellos sabe más y mejores frases durante una fiesta en la que a la reina Leonora le duele la cabeza:

Se llevó la mano a la sien y dejó escapar un quejumbroso suspiro.
 —¿Os encontráis bien, majestad? —preguntó Zacarías, solícito.
 —No es nada; sólo una ligera jaqueca.
—¡Ah! —exclamó Nemesius—. Permitidme recomendaros, majestad, el remedio que propone Celso: capiti nihil prodest atque aqua frígida, es decir, «nada hay mejor para la cabeza que el agua fría».
La reina dirigió una mirada de urgencia a Zacarías, pero no era necesario; él ya estaba contraatacando:
—Maese Nemesius, recordad que non ómnibus aegros decet eadem medicina, lo cual significa que no a todos los enfermos les conviene el mismo remedio. En mi opinión, una infusión de poleo es mano de santo para cualquier dolor de cabeza.
—Y valeriana —añadió Miriam, deseosa de colaborar.
—Eso es completamente desatinado —replicó Nemesius—. Aunque, ya se sabe, nihil tam absurdum dici potest quod non dicatur a phílosopho, o, en otras palabras: «por muy absurdo que algo pa­rezca, siempre habrá un filósofo que lo afirme».
—Muchos filósofos griegos y romanos estaban de acuerdo en que in herbís salus, es decir, que en el mundo vegetal se encuentra la salud —respondió Zacarías, bastante molesto—. Haríais bien en no despreciar el poder de la madre naturaleza.
Tanto Miriam como la reina asistían al duelo verbal con evi­dente interés. Miriam habría jurado que los ojos de la soberana iban de la barba de Zacarías a la de Nemesius, como si las estu­viese comparando, y se preguntó por qué.

Las tramas principales son la investigación de Zacarías y Miriam sobre lo sucedido a Cornelius y la adaptación de la muchacha a un mundo nuevo. La autora cuenta en su web cómo se inspiró en un grupo de jóvenes que se reunían al pie de su ventana para crear una trama que emulase la llegada de una joven a un nuevo instituto trasladada a la Edad Media.

Así, la corte se convierte en el lugar de aprendizaje y descubrimiento (que incluye leves dosis de crítica) para Miriam, y la historia en la clásica de iniciación, donde la joven se muestra como inadaptada  (no da importancia a cosas exteriores como aspecto, ropa, etc, aunque ha leído multitud de autores clásicos), muy diferente a la princesa Ángela y sus amigas, descubre el interés por los chicos en los personajes del atractivo príncipe Marco, heredero que ni siquiera sabe que existe y de Santiago, el ingenioso trovador con quien discute por todo.

La atracción de Miriam hacia Marco da lugar a una de las escenas más logradas de la novela, en el capítulo nueve, cuando ella accede a darle clases y, tras ilusionarse, descubre el motivo de él:

A la trama de la desaparición de Cornelius y posteriores apariciones de su "fantasma" se suma la de una misteriosa voz femenina que susurra la palabra "Mandrágora" a Miriam y las clásicas intrigas palaciegas entre nobles que se alternan con los pasajes más "intimistas" logrando un buen equilibrio entre todas.

Si bien alguien que haya leído unas cuantas novelas no tendrá demasiada dificultad en sospechar la identidad del villano y los orígenes de Miriam, se agradece el esfuerzo de la autora por evitar la información explícita y consiguiendo transmitir con sutileza tanto emociones como información relevante sobre el misterio.

También es interesante el final poco convencional en una novela de este tipo, aunque la "explicación" sea que, al parecer, la autora tenía previsto escribir una continuación que luego no ha llevado a cabo.

En resumen, una novela bien llevada y entretenida que se lee con interés y deja buena impresión.


***T***


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