domingo, 20 de marzo de 2011

El Cementerio de Praga, de Umberto Eco


El cementerio de Praga
Il Cimitero di Praga
Umberto Eco
Traducción de Helena Lozano
Lumen
608 páginas

Argumento

Un hombre nos cuenta su vida como conspirador y revolucionario a lo largo del siglo XIX...

Comentario

Esta obra de Umberto Eco podría considerarse un libro metaliterario o incluso un libro juego, que busca en todo momento la complicidad e implicación del lector. En él, no importa el argumento, sino más bien el mensaje, que trasciende la historia que se nos narra para tender puentes a través de la Historia y vincular hechos del pasado con los actuales.

No se trata pues, de una obra fácil. Existen al menos tres narradores virtuales, uno de ellos, con una cierta tendencia esquizofrénica. El revolucionario que nos narra a través de su diario la historia de su vida desde la infancia hasta final del siglo XIX (muy aficionado nuestro héroe a la comida, por cierto). En algunos tramos, un abate que vive en el mismo inmueble que el revolucionario toma la palabra y comenta hechos que el otro no pudo conocer. Finalmente, hay otro narrador por encima de estos que comenta lo que escriben en tercera persona.

Esta amalgama de voces narrativas en primera y tercera persona, hace que el libro resulte algo confuso al principio, mientras te aclaras sobre los personajes-narradores. Por otro lado, hay tal cantidad de nombres, lugares, descripciones, tal densidad de sucesos históricos, conspiraciones, manipulaciones literarias, menciones, citas, referencias etc... que resulta difícil de seguir si se carece de una cierta cultura. Es decir, es un libro que exige, como dije antes, que el lector tome partido, se implique y se esfuerce en comprender el juego planteado por Eco.

Tomando como articulación de la débil trama el diario de Simonini, Eco nos conduce por las revoluciones del siglo XIX, en especial por el movimiento garibaldino, que devino en la  unificación e independencia de Italia, y por los hechos de la Comuna francesa, descrito todo ello con una gran plasticidad, abigarramiento y potencia literaria, aunque en algunas partes más de relleno, o de explicación histórica se le escapa al autor un estilo de "ensayo", que me ha resultado menos ameno.

También, imbricado con estos hechos históricos, el desarrollo de una gran conspiración con el leit motiv del "cementerio de Praga" como punto de partida, una temática ya tocada por este autor en otras obras suyas ("El péndulo de Foucault"). Eco ironiza, juega con las palabras y los hechos, y acumula teorías, infundios, libelos y tópicos sobre nacionalidades para dejar en ridículo a las "teorías de la conspiración" que en el mundo han sido, y pone de manifiesto, igualmente, la manipulación de la sociedad a través de estos medios, y el peligro que conlleva, utilizando el ejemplo de las corrientes antisemitas. En la novela, la realidad y la ficción se confunden, de modo que el protagonista toma datos de folletines y novelas para crear su gran libelo antijudío al servicio de la propaganda de grandes potencias, de la Iglesia, etc, etc. Plagios de obras, que a su vez plagian otras obras, permiten observar la estructura de la generación de mitos contemporáneos, a partir de fuentes cuanto menos dudosas y francamente eclécticas, incluidas las esotéricas, diabólicas, mágicas, etc. En realidad, lo brutal es que los propios generadores de conspiraciones terminan por creerse sus mentiras, y llegan a realizar actos extremos guiados por ese autoengaño.

La ironía de Eco está en el subtexto, latente y demoledora al tiempo, con frases terribles que aluden a la "solución final" (nosotros, lectores del siglo XXI ya sabemos a qué se refiere).


"Arbeit macht frei, solo el trabajo vuelve libres. La solución final, para Lutero, había de ser echarles de Alemania, como perros rabiosos."


"Entonces algún día habrá de intentar la única solución razonable, la solución final: el exterminio de todos los judíos."


Ya al principio de la novela tira por tierra los tópicos sobre nacionalidades, cuando el protagonista caracteriza a ciertos pueblos (los alemanes, por ejemplo) de un modo muy diferente a cómo se hace en la actualidad, dando a entender que son meros clichés que cambian con el tiempo y las circunstancias, pero que actúan en las mentes y condicionan nuestra percepción de las cosas. El libro no deja títere con cabeza, y también hace alusiones más o menos veladas a acontecimientos actuales.


"Organizaremos una crisis económica universal por todos los medios que nos sean posibles con ayuda del oro que, casi en su totalidad, está en nuestro poder."

La ambientación histórica es francamente buena, sobre todo las descripciones del París decimonónico.

En resumen, una obra que se aleja en lo formal de los bestsellers de conspiraciones, tomando paradójicamente el tema como centro de su historia, y que hay que leer entre líneas, para poder apreciar en toda su extensión. Abstenerse los que busquen en las novelas solo aventuras y romances...


Fragmentos:


Me confirmó una vez más que cuando un espía vende algo inédito no debe hacer otra que contar algo que se podría encontrar en cualquier mercadillo de libros usados.

Es preciso que las revelaciones sean extraordinarias, perturbadoras, novelescas. Solo así se vuelven creíbles y suscitan indignación.

Ciertas noticias explosivas si las das de golpe, a la gente se le olvidan. En cambio, hay que ir destilándolas, y cada nueva noticia volverá a encender el recuerdo de las anteriores.

La característica principal de la gente es que está dispuesta a creérselo todo.

(...) cuando se le cuenta como verdadero algo que ha leído en una novela, nota sólo vagamente que ya había oído algo al respecto, con lo que encuentra confirmación de sus creencias.

¡Lograr realizar el despotismo gracias al sufragio universal! ¡El muy miserable ha dado su golpe de estado autoritario apelándose al pueblo buey! Nos está advirtiendo de como será la democracia de mañana.

La identidad nacional es el último recurso para los desheredados. Ahora bien, el sentimiento de la identidad se funda en el odio, en el odio hacia los que no son idénticos. Hay que cultivar el odio como pasión civil. El enemigo es el amigo de los pueblos.  Hace falta alguien a quien odiar para sentirse justificados en la propia miseria.

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sábado, 5 de marzo de 2011

Diario de Golondrina, de Amélie Nothomb


Diario de Golondrina
Journal d'Hirondelle
Amélie Nothomb
Traducción Sergi Pàmies
Editorial Anagrama
112 páginas




Argumento:
Un repartidor se convierte en asesino a sueldo tras un desengaño. Una de sus misiones le hará cambiar de forma de pensar.

Comentario:

Creo que junto con "Ácido sulfúrico" esta novela es la que menos me ha gustado de Amélie Nothomb, o mejor dicho, la única que no me ha gustado nada.

Y no me ha gustado porque por primera vez (en esta autora) noto que no me quiere transmitir nada en absoluto o tal vez el mensaje es demasiado obvio o demasiado oscuro, o no lo transmite bien. Es decir, nos encontramos, a mi modo de ver, con un libro demasiado vacío y frustrante para el lector.

La historia que se nos narra podría pasar incluso siendo tan surrealista o increíble si al menos tuviera un cierto valor simbólico o metafórico. Sin embargo, hay algo en ella que falla y la torna en increíble en el peor de los sentidos. No me creo esta historia de un repartidor que decide ser asesino de pronto (por un desengaño amoroso), no me creo sus motivaciones, ni tampoco su conversión final debido a un hecho que le acontece, relacionado con su nuevo "trabajo".

Pero incluso podría perdonarle eso si al menos la forma de contarla fuera cáustica, irónica, etc. A diferencia de otras novelas de la autora, en esta no hay muchas muestras de ese ingenio que la caracteriza, quitando alguna conversación entre el protagonista y Yuri, su contacto ruso. O será que ese ingenio está al servicio de la nada, y por ello me ha pasado casi inadvertido.

Por si fuera poco, el final me ha dejado fría, puesto que no parece un final. La novela termina de cualquier manera, dejando una sensación de "tomadura de pelo" bastante frustrante.

Entre lo bueno, pues hay algunas partes de reflexiones interesantes, y alguna muestra de prosa poética que no está mal (después de todo Nothomb sabe escribir), y alguna conversación ingeniosa. Pero nada de eso salva el conjunto de la novela.

En resumen poco más se puede contar de esta obra. No me ha convencido; creo que es de las peores de la autora, a no ser que yo no haya sabido ver su gracia. Para mí, desde luego, no ha tenido mucha.

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