martes, 28 de mayo de 2013

Bioko, de Marc Pastor


Bioko
Marc Pastor
Editorial Planeta
448 páginas


  
Argumento:

El pendenciero y díscolo soldado Moisés Corvo es enviado como castigo por su insubordinación a Bioko, una remota colonia española en África. Durante el viaje conocerá a un misterioso personaje, es acosado por sus compañeros... Una vez en destino tendrá que enfrentarse con un criminal de la peor especie, mientras, sin que él lo sepa, agentes extranjeros con una extraña misión rondan en busca de un mítico lago perdido en la selva.

Comentario:

Bioko es el nombre indígena de la isla de Fernando Poo, que fue colonia española y que está situada en África. En esta localización tan exótica ambienta Marc Pastor su última obra, en el año 1887, durante la citada colonización. Aunque, en principio, parece una novela de aventuras de corte bastante clásico, deriva luego al terreno fantástico, cosa que se espera dados los datos que aporta el autor ya en las primeras páginas. Sin embargo, no por esperado resulta menos chocante. El personaje de Moisés Corvo es protagonista de "La Mala Mujer", otra novela del autor que trata un hecho real y por lo tanto ambientada en un "universo real", en nuestro propio mundo. Queda raro que en otra novela aparezca envuelto en una historia de fantasía y ciencia ficción, por mucho que él no llegue a ser consciente de ello (él no, pero los lectores sí lo son).

La acción, para mi gusto, tarda demasiado en empezar, como más de cien páginas, en las que vemos cómo se desenvuelve el soldado Corvo en su viaje en barco hacia Bioko, un lugar donde lo envían como castigo. Al llegar al destino, hay un exceso de descripciones de personajes, también numerosos, con lo cual vuelve a dilatarse la acción. Sin embargo, en cuanto esta se dispara con el incidente en la selva, el libro cambia por completo y mejora muchísimo.

En este punto, se divide en dos tramas con ligero contacto entre ellas. En una de ellas tenemos una investigación digamos que policial sobre ciertos crímenes brutales, y en otra una trama de fantasía o ciencia ficción cuyos hechos inciden en la otra, incluso ignorándolo los protagonistas de la primera. Esta parte de la novela está bastante bien trabajada, para dar coherencia a las situaciones a las que aboca el elemento fantástico. Sin embargo, le pondría dos peros, que me recuerda a cierta película ochentera muy famosa, y que hay partes bastante predecibles, sobre todo lo relativo a la autoría de los crímenes brutales y la identidad de ese personaje, que queda revelada por el modus operandi y por la fecha en que transcurre la acción. He de decir que hasta me esperaba casi párrafo por párrafo la página final del libro...

Como suele suceder últimamente, no faltan los homenajes a los libros de aventuras clásicos y al cine. Por ejemplo, se cita a Jules Verne y a cierto personaje que fue inspiración para obras suyas, hay reminiscencias de algunas obras victorianas de ciencia ficción o de aventuras como "Las minas del Rey Salomón" o "Ella". En cierto modo, me ha recordado un poco al "Mapa del Tiempo" de Félix J. Palma, tanto por la temática como por el contexto histórico y por el eclecticismo de la propuesta, mezcolanza de varios géneros.

Si bien hasta la página 140 apróximadamente el libro no me enganchó mucho, después toma velocidad e interés. Comprendo, no obstante, que el autor se haya explayado con el personaje de M. Corvo, por lo que tiene de relevante en su universo literario personal, pero para mi gusto, eso ralentiza un poco el ritmo al inicio.

Entre los personajes me ha gustado Sugarte sobre todo, y me han parecido poco desarrollados los ingleses. Aunque el personaje que se lleva la palma en cuanto a desarrollo es claramente Moisés Corvo, un antihéroe con potencial de lo contrario que encuentra en las selvas de Bioko su destino.

El libro está redactado con solvencia, oficio y limpieza, en presente, un estilo de narración que no es mi favorito pero que se lee bien, al incluir bastantes diálogos. Las descripiones de la vegetación agobiante y del infierno de Bioko también están logradas.

En resumen, una obra bien rematada literariamente, que nos hace viajar a tiempos donde la aventura todavía era posible.

Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión.

viernes, 24 de mayo de 2013

Reír al viento, de Sandra Barneda

Editorial: Suma de Letras, 2013
620 páginas
19,50 €
E-Book: 8,99 €
 
Argumento:

Álex realiza un viaje a Bali para encontrarse a sí misma.

Comentario:

En la mayoría de las sinopsis que se hacen de Reír al viento se dice que es una novela intimista en la que destaca una trama de misterio centrada en la desaparición de Hendrick, un joven surfero con el que la protagonista, Álex, ha tenido una breve relación al poco de llegar a Bali, algo que puede ser decepcionante para quien la lea esperando que habrá alguna investigación.

En realidad las apariciones del inspector jefe Mulyadi para interrogar a Álex o darle datos confusos sobre la desaparición de varios jóvenes que cobraban por relacionarse con turistas no aportan nada a la historia personal de la protagonista, sino que dan la impresión de pegotes irrelevantes. De hecho, si se quitara toda la subtrama y el joven se limitara a desaparecer tras las horas que pasa con Álex en la cama no pasaría nada, incluso mejoraría la novela al eliminar una expectativa (misterio, crimen, investigación) que nunca llega a cumplirse y puede llegar a decepcionar.

El tema central de la novela es el viaje, tanto el físico, por Bali, como el interior, en el que la protagonista se cuestiona toda su vida en un intento de encontrarse a sí misma. Así, mientras la autora describe tanto los paisajes y costumbres balinesas como diferentes actos culturales y turísticos, Álex se hace preguntas a sí misma, vive experiencias catárticas que le muestran diversas facetas de su personalidad, traumas que resolver o un nuevo romance con una persona inesperada.

En este sentido casi es un viaje iniciático de manual, en el que la "aventura” exterior conlleva y promueve la interior, para lo que se utiliza también a una serie de personajes secundarios que cumplen diferentes roles, desde el maternal/mentor de Blanca al romántico de Hera o las distintas facetas femeninas que muestran las hermanas María y Raquel. También los hombres: el ex (Gonzalo) el hijo (Yago) o el amigo (Pablo) contribuyen a recrear el retrato de una Álex en continua búsqueda de su identidad.

Si bien la novela está sorprendentemente bien escrita para ser la primera de la autora y maneja con destreza distintos recursos narrativos (adecuada primera persona, cartas intercaladas en el discurso de Álex, abundantes diálogos, recuerdos, ensoñaciones), llega un momento en que se ve lastrada por una sucesión de experiencias que siguen el mismo esquema, lo que puede llegar a resultar cansino y exasperante. Y es que en este viaje iniciático se describe con excesivo detalle tanto las excursiones externas como la forma en que afectan a la protagonista, en una especie de bucle repetitivo que acaba perdiendo frescura e impacto además de aumentar sus ya excesivas páginas.

La inclusión de numerosas  frases en inglés y la necesidad de quienes no conozcan el idioma de buscar su traducción a pie de página son otro lastre, más frustrante por la irrelevancia de estos diálogos, cuya eliminación no sólo no afectarían a la novela, sino que darían mayor fluidez al texto, pues parecen mera “ambientación” fallida.

En resumen, una novela de mujeres y para mujeres, un viaje cuya aventura interior es más relevante que la exterior, en la que Álex, en una estructura circular, va a Bali en dos ocasiones, por diferentes motivos y en distintas circunstancias, que muestran la evolución de la protagonista entre ambas, más recomendable para quien le interesen las historias intimistas que para quien busque una inexistente trama de misterio o acción.


***T***


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sábado, 18 de mayo de 2013

Inferno, Dan Brown



Inferno
Dan Brown
Traducción: Aleix Montoto
650 páginas
Editorial Planeta


Argumento:

El profesor de simbología Robert Langdon aparece un día en el hospital con una herida de bala en la cabeza y sin recuerdos a corto plazo. En cuanto una asesina rubia con el pelo de punta entra en el hospital y mata al doctor y trata de hacer lo mismo con él, se inicia una carrera por averiguar qué ha pasado y por qué lo persiguen…

Comentario:

La nueva novela de Dan Brown se caracteriza por su bajo nivel literario y, al tiempo, por tocar un tema de gran interés. Es curiosa la paradoja, pero si por algo destaca esta obra no es por los enigmas rocambolescos, los alardes de erudición wikipedia o los famosos y torpes flashbacks donbrownianos para explicar los golpes de ingenio del protagonista Robert Langdon, sino por el mensaje o el debate que plantea sobre un tema candente, la superpoblación mundial, y sobre todo, por el tono moralmente ambiguo con el que lo hace.

Cuando empiezas a leer da la impresión de que el autor ha tratado de hacer algo nuevo y diferente al resto de su producción, al presentarnos a un profesor Langdon herido y sin memoria, inmerso ya en un ataque asesino. Es decir, es un inicio casi in media res, donde tanto el personaje como el lector han de ir averiguando qué fue lo que llevó a esa situación. Sin embargo, la torpeza como escritor de Dan Brown es palpable; a las primeras de cambio nos desvela casi todo el misterio y el argumento del libro, presentando a un "antagonista" ya difunto que tiene un plan para salvar a la humanidad de sí misma a través de medios tortuosos. Pocas sorpresas más habrá a lo largo del libro, si acaso un par de giros, algunos de ellos algo previsibles, pero nada que haga abrir la boca de asombro.

A partir del ataque de la peculiar asesina (descrita por el autor como una mujer rubia con el pelo en punta, frase que se repite cada vez que la susodicha aparece en escena), la novela entra en terrenos conocidos para los seguidores del danbrownismo: una carrera contra el reloj para evitar la catástrofe, enemigos y amigos cambiantes y dudosos, enigmas retorcidos relacionados con obras de arte, rollos wikipedia a modo de guía turística de Florencia, Venecia y Estambul (localizaciones que quedarán muy bonitas en la peli, claro), cliffhangers y expresiones de final de capítulo del estilo de: "entonces lo comprendió"... Vamos, lo mismo de siempre, pero aún peor, desde el punto de vista literario, ya que tras varias novelas, esta estructura resulta sumamente forzada y artificial, y ya parece poco creíble que Langdon se vea inmerso en semejantes aventuras una y otra vez, y lo que es peor, que estas no le afecten ni a su forma de ser ni de pensar.

Es decir, el personaje no ha evolucionado nada en absoluto ni en el libro en concreto ni a lo largo de la serie. Por cierto, hablando de personajes, la forma de describirlos del autor es tan ramplona como citar una frase leit motiv: la doctora del largo pelo plateado, la asesina rubia del pelo de punta, el hombre que se rascaba y tenía un sarpullido... Pero esto no se circunscribe solo a los personajes. Hay escenas y situaciones repetitivas. En alguna ocasión tuve que volver hacia atrás para comprobar que ciertas escenas no estaban repetidas (¿cuántas veces repite lo de la caverna y la luz y la placa?).

Diría que se trata del libro más tramposo del autor hasta la fecha. El argumento, de todas formas, no es más que una mera excusa para exponer lo realmente importante, que es la ideología subyacente y el mensaje, centrado en el debate sobre el destino de la humanidad. Dan Brown nos habla de los peligros de la superpoblación y de la capacidad de la ciencia para mejorar la raza humana, defendida por los teóricos del transhumanismo. Hablamos de teorías eugenésicas y de manipulación genética, además de un control de nacimientos. En el libro se muestra una ambigua simpatía este tipo de propuestas; este es, pues, el único interés de la obra, ese mensaje inquietante.

Resulta algo decepcionante que tras mentar durante toda la obra los versos del Infierno de Dante, creando una sensación de peligro ominoso y apocalíptico, el final no tenga nada que ver con esto y que incluso todos queden tan contentos y felices, tanto los de un bando como los de otro, ya que en el fondo, todos están de acuerdo con que hay mucha gente en el mundo... A más de uno le va a dejar patidifuso la conclusión final, y el uso que hace el autor de una cita de Dante, la única que en realidad tiene relación con la trama, sobre los que en tiempos de crisis o de peligro se mantienen moralmente neutrales, a los cuales Dante sepulta en los peores lugares de su infierno. El personaje que ejemplifica esta duda moral y su decisión de actuar es el facilitador, un hombre que se dedica a la mentira y a cumplir con ayuda de esta los deseos de sus clientes. Simbólicamente su yate se llama Mendacium, relacionado con los dioses romanos del engaño.

Engaños de los que también hace uso el autor, que no tiene ningún empacho en explicar de maneras totalmente increíbles los hechos el inicio de la novela, dándote la sensación de que está jugando contigo, tomándote el pelo incluso. Por cierto, igual se me ha pasado la justificación pero no logro entender por qué el antagonista o villano deja Florencia sembrada de pistas para que Langdon encuentre su lugar secreto y así pueda desbaratar sus planes. No lo entiendo, la verdad. ¿Y por qué en concreto Langdon? Hay muchas cosas que no se justifican ni se explican. Se me olvidaba, toda la acción transcurre en un día que da mucho de sí...

El libro es un armazón artificioso con una premisa ideológica interesante, pero que como literatura deja bastante que desear, aburre por momentos (ya que sabes todo lo que va a ocurrir y encima te mete rollos histórico-artísticos en plena acción), resulta ridículo en otros (los drones persiguiendo a Langdon, las muertes simuladas, la doctora y sus drogas) y al final sabes que en el fondo no ha cambiado nada, y que en el siguiente libro Landgon desvelará otro misterio olvidándose por completo de este y de sus consecuencias.


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lunes, 13 de mayo de 2013

El canto del cisne, de Edmund Crispin

 El canto del cisne, de Edmund Crispin
T.O.: Swan Song (1947)
Editorial: Impedimenta
Traducción: José C. Vales
280 páginas
19,95 €

Argumento:

Durante los ensayos de la ópera «Los maestros cantores de Núremberg», de Wagner, uno de los cantantes aparece asesinado.

Comentario:

«El canto del cisne» es una curiosa amalgama de géneros y tonos, difícil de clasificar, en la que el narrador alterna con habilidad entre los detalles de las óperas que interpretan los personajes, las anécdotas relacionadas con éstas (el autor muestra un amplio conocimiento de la obra de Wagner), dos o tres romances y la investigación de un crimen.

La historia comienza con el relato de nacimiento de un romance y una enemistad en clave ligera y humorística, llena de un ingenio con toques surrealistas que el autor mantiene durante parte de la novela, si bien llega un momento, cuando Gervase Fen ya se ha integrado entre los componentes de la compañía, en que se centra en intentar resolver el caso, como de costumbre aparentemente insoluble, lo que puede producir la sensación de cierta irregularidad en una narración que a ratos parece dividida en tramas separadas más que integradas entre sí.

En cuanto a los personajes, aunque el protagonista es Gervase Fen (en la cuarta de las nueve novelas que protagoniza), su participación está más diluida que en otras obras («La juguetería errante»), dejando su personalidad excéntrica y las referencias a la «relación» que mantiene con su coche Lily Christine III casi en segundo plano, algo que se agradece, pues da más relevancia al resto de los protagonistas y sus tramas: el matrimonio entre Elizabeth Harding y Adam Langley, la conversión de ella en posible víctima y la de él en «ayudante» del detective aficionado, el romance entre Judith Haynes y Boris Stapleton, o la casi surrealista relación entre Charles Shorthouse y su «secretaria» Beatrix Thorn, decidida a proteger al «Maestro» incluso de lo que no desea ser protegido.

Como es «obligatorio» en el género, el autor siembra la historia de pequeños detalles, pistas disimuladas con bastante destreza entre las tramas personales, que luego se demuestran relevantes para la resolución del caso, afortunadamente breve y bien explicada, destacable más por lo que tiene de irónico y de justicia poética que por la forma de esclarecer el clásico misterio al estilo de la «habitación cerrada», pese a su indudable ingenio.

En resumen, una novela bien escrita y muy entretenida, con toques cultos que no llegan a distraer de la trama de misterio, que presta atención a los personajes y se resuelve de forma satisfactoria y no del todo previsible.


Fragmento:

—Por cierto, ¿han venido a verme ustedes por algo en particular?

—Sí —dijo Adam—. Por su hermano.
—Ah, Edwin... —El Maestro no se mostró demasiado entusiasta—. ¿Y cómo está ese condenado?
 —Muerto.
—Así que es cierto... —dijo el Maestro, alegremente—. Recibí esta mañana un telegrama con la noticia. Bueno, bueno. ¿Y cuándo es el funeral? De todos modos, no creo que pueda ir.
—Se cree que fue asesinado.
El Maestro frunció el ceño.
 —¿Asesinado? Qué extraordinaria coincidencia.
—¿Qué quiere decir con «coincidencia»?
—Les diré una cosa —y se inclinó hacia ellos hablándoles en tono confidencial—, si no se lo cuentan a nadie.
—¿Y bien? —preguntó Fen. Parecía estupefacto ante la sangre fría y la insólita reacción de aquel hombre.
—Pues les diré que incluso llegué a considerar seriamente la posibilidad de matar a Edwin yo mismo.
Adam lo miró fijamente, horrorizado.
—No puede estar diciéndolo en serio.
 —Por supuesto que sí —admitió el Maestro—. Estuve pensando en los pros y los contras. —En ese momento Fen murmuró algo ininteligible, y encendió un cigarrillo apresuradamente—. En realidad, la cuestión era qué me resultaría más útil a la hora de poner en escena la Oresteia: ¿su voz o su dinero? No necesito decir que resultaba difícil tomar una decisión al respecto. Edwin era un cantante muy bueno... muy bueno. En cierto sentido, me daba un poco de pena tener que sacrificarlo. Pero... —el Maestro agitó la mano con un sencillo gesto de resignación—, lo primero es lo primero. Y el dilema, después de todo, surgió por su culpa. Si se hubiera ofrecido voluntariamente a financiar la Oresteia, ni me habría planteado matarlo.
—¿Es que no tiene usted conciencia? —dijo Adam, hablando con mucho tiento.
—Bueno, claro... —dijo el Maestro educadamente—, uno siempre tiene sus reconcomios morales cuando surge una eventualidad de este tipo. Y confieso que cuando llegó el momento de ejecutar el plan, no tuve valor para seguir con ello. Siempre posponía el momento... como resultado de una absoluta cobardía moral, lamento decir. Ahora no me lo podré perdonar nunca. Sin embargo, al final todo ha salido maravillosamente. Ha sido cosa de la Providencia, sin duda: la Providencia nos protege, es lo que siempre he dicho... —y miró al techo, como si realmente esperara ver el benéfico espíritu de la Providencia cumpliendo con su labor tutelar. 


***T***


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miércoles, 8 de mayo de 2013

El despertar de la señorita Prim, de Natalia Sanmartín Fenollera



 El despertar de la señorita Prim
Natalia Sanmartín Fenollera
Planeta
336 pp


Argumento:

La señorita Prim acude a una entrevista de trabajo en casa del "hombre del sillón", quien necesita una bibliotecaria para poner orden en sus libros. El pueblo donde habita está lleno de gente excéntrica que ha renunciado a la modernidad en todos los sentidos y se refugia en valores del pasado y en la cultura clásica. Los lugareños tratarán de convertir a Prim a su culto sectario.

Comentario:

Lo primero que llama la atención cuando se empieza a leer el libro es el tono deliberadamente anacrónico que ha adoptado la autora para contar esta historia de supuesta transformación interior. Anacrónico no solo en el estilo literario sino también en las ideas que plasma.

Para poder vender la novela a muchos países, no se indica dónde transcurre la acción (se dice que se trata de un pueblo llamado San Ireneo de Arnois, pero no se especifica el país ni la región, en consonancia con su carácter de novela simbólica, alejada de todo realismo), así como tampoco se nos ubica en unos parámetros temporales concretos, aunque se intuye que transcurre en la actualidad, paradigma según la autora de todos los males. San Ireneo podría verse como un espacio claramente utópico, una sociedad perfecta (según lo que para la autora es perfecto y deseable), donde todos son felices y comen perdices con su economía autárquica, alejados de la civilización, disfrutan de los clásicos griegos, y siguen las enseñanzas del venerable gurú de la región, un monje benedictino que les inspira, ya que todo lo material es malo y solo la contemplación platónica de la belleza es una virtud.

En lo que respecta a la prosa sorprende su excelente calidad literaria. Es un libro muy bien redactado; sin embargo, la historia en sí es sencilla y parca en episodios novelescos, pudiendo considerarse que se trata de un larguísimo diálogo platónico donde unos y otros hablan soltando perlas filosóficas con un lenguaje elevado. En cierto modo me ha recordado un poco a ciertas novelas francesas de moda como "La Elegancia del Erizo", solo que la obra de Barbery es infinitamente más profunda, compleja y anticonvencional, menos complaciente y algo más alejada de lo que se considera un "bestseller de manual", o incluso a "La delicadeza" (de Foenkinos), palabra que se cita varias veces en el libro como virtud deseable en este mundo pasado de moda. A pesar de las apariencias, no se trata de un libro denso, sino más bien todo lo contrario. Está escrito con ligereza y contiene una alta proporción de diálogos y escasas descripciones.

Como dije al inicio, la autora huye de todo realismo y nos regala unos personajes que hablan todos igual, en el mismo tono elevado, de catedrático o filósofo, citando clásicos griegos, romanos, ingleses, poemas, en diversas lenguas, incluidos, ojo, los niños, los cuales se entretienen leyendo la Eneida en latín y representando Antígona. No en vano todos poseen miles de carreras universitarias y conocimientos en lenguas muertas y vivas que dejarían pasmado al profesor Lidenbrock. Es difícil distinguir personajes cuando todos son capaces de citar a los clásicos y tienen el mismo tono decimonónico de expresión, cosa que resalta más al haber tantos diálogos. Estos son muy elaborados, y al tiempo acartonados, como si esta gente solo supiera hablar de temas como literatura, belleza, Teología, amor y, sorprendentemente, del matrimonio y de la búsqueda de marido, en una especie de homenaje a la literatura austeniana. Los hombres parecen no estar incluidos en estas reflexiones, dado que se trata de una novela femenina (dirigida al público femenino) donde el género masculino está solo para ocupar el rol de posible marido o interés romántico.

Naturalmente, y dado que la novela se va a vender en países extranjeros, los habitantes del pueblo tienen todos nombres multinacionales. Imaginamos que provienen de diversas culturas europeas, aunque como son tan sumamente cultos y dotados del don de lenguas se entienden muy bien entre sí. Sin embargo, es curiosa la selección de clásicos, sobre todo literarios, que manejan en este pueblo, casi siempre obras de origen anglosajón, como las de Jane Austen (¿Hay algún libro de esta clase donde no se cite a Jane Austen? Dios mío, qué daño ha hecho esta autora), Mujercitas, John Donne... La autora ningunea los clásicos de la literatura en lengua castellana como si fuera una literatura inferior a la inglesa, francesa, latina, italiana, alemana... Me ha parecido un gravísimo desprecio, pero bastante frecuente hoy en día. Comprendo, una vez más, que se trata de dar un aire internacional a la obra con objeto de colocarla mejor por esos mundos...

La mayor parte del libro se basa en el diálogo y confrontación entre el "hombre del sillón", fundador del pueblo (colonia o especie de secta estilo amish), dueño de una biblioteca inmensa, racional y al tiempo espiritual, y la señorita Prim, caracterizada por la autora como "mujer moderna, con muchas carreras (cómo no), pero engañada y atrapada en la dinámica de ruido actual que impide disfrutar de las pequeñas cosas de la vida". En realidad, el contraste no me ha parecido tan fuerte entre estos dos personajes, ya que ella también conoce todos los clásicos y también es elevada. Él cita, no sé, cualquier cosa, algo de Homero, y ella sabe exactamente a qué se refiere. Habla de las obras de Beda el Venerable, y naturalmente ella lo ha oído mentar, así como cualquier referencia a libros desconocidos por las masas. Cada vez que se enfrentan dialécticamente él sale ganando, ya que la señorita Prim está súper engañada por la sociedad actual y el hombre del sillón (y las personas del pueblo con las que habla) le demuestra una y otra vez cuán errada va por la vida. Ellos siempre tienen la razón, que argumentan y defienden del modo más dogmático posible y ella, pobrecita, ha de abrir los ojos y "despertar" de su engaño.

Dejando aparte sus conocimientos tan superiores y elitistas, los habitantes de este peculiar pueblo tienen a gala su pensamiento cerebral, alejado de pasiones nocivas, lo cual los hace parecer una especie de robots que sueltan sentencias y tratan de aleccionar a la protagonista en sus (para mi opinión) trasnochadísimas ideas, y concepciones despreciativas hacia las mujeres "independientes" y "sin marido". Interesante frase al respecto que ilustra bien el estilo de pensamiento de la novela:

"Por otra parte, debía reconocer que no le repugnaba del todo la idea del matrimonio. Ciertamente había dicho siempre lo contrario, pero como muchas mujeres de su especie, la señorita Prim solía despreciar aquello que secretamente temía no llegar nunca a obtener."

Me parece loable que la autora exprese sus ideas sin rodeos, ideas tan contrarias al espíritu actual, ya que denota una gran convicción y valentía, pero no me gusta su tono de libro de autoayuda o de sermón. Es curioso que no haya una voz discrepante o crítica que nos haga relativizar lo expuesto. Eso lo convierte todo en dogmático, como si ellos fueran los que tienen la razón y los que han elegido lo correcto. La señorita Prim no defiende nada bien, a mi modo de ver, su postura, y cae siempre rendida ante la dialéctica del niños, mujeres ancianas, el hombre del sillón, por el que, además, siente un leve interés romántico, que seguramente mantendrá a muchos lectores enganchados en la esperanza, vana, de que ocurra "algo" entre ellos...

En cierto modo esta novela ha supuesto para mí una decepción, por cuanto el probado talento de la autora para la literatura se pierde en una fábula en exceso simplista y previsible, con una pretensión de profundidad que no es tal en cuanto se analiza un poco el mundo utópico presentado, y que, además, se desinfla a partir de la mitad. Su idea de retorno a la vida sin ruido, a la belleza, a los "buenos valores" de antaño, podría ser válida si estuviera mejor argumentada, si hubiera personajes diferentes con diferentes posiciones ideológicas, si dejara al lector la valoración de las susodichas, si la autora no tuviera esta concepción de lo cultural tan sumamente elitista y exclusiva, si hubiera un poco de ironía... Para terminar, y esto ya es algo personal, a mí no me convencen las teorías de la autora sobre lo ideal de esta vida "utópica", algunas de las cuales desprenden un cierto aroma reaccionario.

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viernes, 3 de mayo de 2013

La verdad de la señorita Harriet, de Jane Harris



La verdad de la señorita Harriet, de Jane Harris
Título original: Gillespie and I (2011)
Editorial: Lumen (2013)
Traducción: Aurora Ecehevarría
ISBN: 978-84-264-2134-0
624 páginas
24,90 €
EPUB 16,99 €

Argumento:

La señorita Harriet Baxter comienza a escribir en 1933 sus memorias centradas en algo ocurrido entre los años 1888 y 1890 en Glasgow.

Comentario:

Ambigüedad. Quizá esta sea la palabra que mejor define una novela relatada en una imprescindible primera persona utilizada para dejar claro que se está leyendo desde el punto de vista de Harriet, lo que ella quiere contar y cómo quiere hacerlo.

Para conseguir el efecto que pretende, la autora alterna con destreza largos capítulos situados entre 1888 y 1890 con otros, menos, que ocurren en 1933, en los que muestra distintas facetas y formas de comportarse de la señorita Baxter, manejando con destreza esa mencionada ambigüedad que parece indicar la intención de hacer el retrato de un personaje complejo basándose tanto en lo que dice como en lo que calla o sugiere.

En La verdad de la señorita Harriet hay mucho subtexto, y está ahí, de manera al principio sutil y después más obvia (quizá deliberada para mostrarla evolución de la protagonista), para conseguir que durante la lectura se cuestione todo, desde lo que va a suceder, a quién, por qué, etc…, en un crescendo por momentos angustioso que impulsa a continuar la lectura para comprobar qué sospechas son o no acertadas.

La creación de personajes se centra en Harriet Baxter, ya que a los demás sólo se les muestra bajo su punto de vista, que puede no ser acertado, e incluso ella puede no ser como se muestra, lo que es uno de los principales atractivos de la novela. Aun así, destaca la creación de Sibyl Gillespie, por encima del resto de la familia (Ned, Annie, Elspeth, Kenneth, Mabel y Rosie) cuyas vidas cambian tras entrar en contacto con la protagonista, quizá porque, como en su caso, es difícil saber qué hechos o comportamientos son reales y cuáles están «manipulados» (por el relato de Harriet) para conseguir crear ese ambiente oscuro y siniestro, de duda y manipulación fruto de una estructura cuidadosamente planeada para conseguir tal efecto (una revisión de los primeros capítulos tras acabar la lectura muestra hasta qué punto está trabajada, mostrando desde el principio pequeños detalles que más adelante se revelarán importantes).

El tono y la ambientación están cuidados para dar la impresión de que Harriet conoció de verdad la época que describe, incluyendo el comportamiento de las personas y los hechos reales como la primera Exposición Universal de Glasgow o las alusiones a crímenes reales (Jack el Destripador), lo que contribuye a dar verosimilitud a la obra y la sensación de estar paseando por las calles de Glasgow con la señorita Baxter y el resto de los personajes.

En resumen, se diría que la intención principal de la autora es crear durante la lectura una duda entre lo que es o no «real» en la historia que relata la señorita Baxter, hasta llegar a un final casi enfermizo, y de nuevo ambiguo (ese «bulto») que parece confirmar ciertas sospechas, algo que hace con destreza, si bien en algunos pasajes (la búsqueda por la ciudad, el juicio) puede dar la impresión de que se recrea demasiado en las escenas, en ocasiones para retrasar la revelación de datos, dentro del deliberadamente pausado y denso ritmo que se imprime a la narración.

Todo esto funcionará mejor para quién no haya leído el texto de la contraportada, donde no sólo se avanzan hechos que no suceden hasta la mitad de su novela, sino que «incita» a sospechar cosas que quizá no se hubieran cuestionado tan pronto.


***T***

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