lunes, 31 de octubre de 2016

El problema de los tres cuerpos, de Cixin Liu

 El problema de los tres cuerpos
三体
Cixin Liu
Traductor:  Javier Altayó
Ediciones B - Nova
450 páginas

 
Argumento:

En una base secreta china de la época de la Revolución Cultural se reciben señales alienígenas. En el presente, un experto en nanomateriales descubre que la humanidad libra una inquietante guerra de la que nadie sabe, salvo los gobiernos.


Comentario (con Spoilers):

Estoy empezando a creer que no estoy en sintonía con la literatura actual, porque los libros que leo, precedidos por la aclamación de crítica y público, no me parecen para tanto, en el mejor de los casos, o me resultan directamente malos. Este, en concreto, se sitúa en la primera categoría pero casi rozando la segunda.

"El problema de los tres cuerpos" plantea algo que no se puede decir para no hacer "spoiler", pero que se nota enseguida, a pesar de lo que afirma la gente. Así que voy a decirlo: el libro narra una descacharrante y poco creíble invasión extraterrestre de nuestro mundo.

La historia se narra en dos épocas distintas. Por un lado, tenemos a una científica represaliada por el régimen en los tiempos duros de la Revolución Cultural china, que es trasladada a una base secreta a la que  nadie quiere ir y donde se lleva a cabo un proyecto de búsqueda de vida extraterrestre. Por otro, hay un científico en la actualidad, que estudia nanomateriales. Tanto la una como el otro, como todos los demás personajes que aparecen, son bastante planos y sin sustancia. Aunque es cierto que la ambientación, novedosa en el género, con el telón de fondo de la historia reciente china, es interesante de por sí. De hecho, casi lo más llamativo de la obra.

La narrativa es muy básica, aunque eso podría estar causado por la traducción. A saber cómo será el original chino. Lo bueno es que casi todo el libro se lee fácil, quitando las partes a las que he prestado menos atención (cuando suelta los rollos científicos sobre cálculos matemáticos y mecánica celeste, que, lo reconozco, no los entiendo y, por lo tanto, no me voy a molestar en leerlos). Encima, al final te mete un montón de explicaciones a lo que has leído y que ya intuias, y que queda un poco pegote.

Otra cosa que hace más digerible la novela es el tono, no sé si buscado o involuntario, de humor, que en algunas partes la hace similar a una comedia (incluso una comedia surrealista).

La premisa de la historia es que los extraterrestres necesitan un nuevo hogar debido a la inestabilidad de su sistema tri-estelar, y se han fijado en la tierra, después de recibir señales de radio  nuestras. Y su genial plan de ataque es hacer que los científicos de la tierra se suiciden para que cuando lleguen, dentro de cientos de años, el avance técnico-científico de la humanidad no pueda competir con ellos.

Para llevar esto a cabo, los aliens han creado un videojuego (bueno, sus aliados en la tierra), inspirado en su sistema trisolar, y que es con diferencia lo que más me ha gustado de la novela. En este videojuego, las pantallas y  niveles representan diferentes estadios de la civilización  humana, en los cuales se mezclan diversas personalidades científicas y filosóficas, tanto de oriente como de occidente (más de occidente: para ser chino el autor está bastante occidentalizado, o eso me ha parecido), y además, se utiliza para dar a conocer el problema del título, irresoluble, al parecer, y que es la explicación de los cataclismos que acontecen en el hogar de los aliens periódicamente. Con este videojuego los aliados de los invasores reclutan aliados humanos.

A los extraterrestres no se les describe más que con pinceladas, aunque imaginamos que muy humanoides no son. Sin embargo, logran entender los mensajes que les mandan los chinos, e incluso responder a ellos en la lengua humana, diciendo cosas como: ¡terrícolas, os vamos a invadir! Cuando leo en diversas críticas que esta novela plasma de manera creíble una invasión extraterrestre me dan ganas de no leer más CF...

Jamás se analiza la naturaleza del contacto. Es decir, sí se habla de las consecuencias para la humanidad y de las facciones que en esta se generan, a favor o en contra de los invasores (y explica las razones de los colaboracionistas), pero nada de pensar sobre cómo es posible que estos seres entiendan lo que se les dicen o nosotros entendamos lo que nos dicen o que siquiera pueda haber un entendimiento a cualquier nivel (cultural, cognitivo, etc) entre criaturas tan dispares.

Los aliens, pese a que sus civilizaciones son destruidas cada poco, han logrado un dominio espectacular de la ciencia y son capaces de hacer cosas increíbles doblando protones y no sé cuántas manipulaciones cuánticas, ¿y no pueden manipular su entorno para arreglar el sistema trisolar?

Hay escenas descacharrantes en la novela, como cuando destruyen el barco sede de los aliados humanos de los aliens en el Canal de Panamá con hilos de un resistente nanomaterial, que me recordaba a una peli de terror que vi hace tiempo, donde los cables iban cortando a la gente. Aquí cortan no solo a la gente sino también al barco entero, en rodajitas, literalmente. O la respuesta de los aliens al mensaje de radio, que parece propio de dibujos animados o de la peli esa de Tim Burton, <<Mars Attacks>>.

También tiene alguna parte entretenida, aunque a mí me han pesado más las situaciones surrealistas y nada creíbles que se suceden.

En resumen, una novela de Ciencia Ficción con partes de divulgación y explicaciones científicas algo pesadas, otras casi de fantasía (el videojuego) más interesantes, una trama un tanto naíf, personajes planos, que puede gustar a los aficionados al género que no busquen demasiada especulación filosófica, y que, para colmo, es el inicio de una trilogía... uf.

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jueves, 27 de octubre de 2016

El maestro de esgrima, de Arturo Pérez-Reverte

El maestro de esgrima
Arturo Pérez-Reverte
Punto de Lectura
320 páginas


Resumen:

A mediados del siglo XIX, en Madrid, ejerce su oficio de maestro de esgrima Jaime de Astarloa. Su vida cambiará cuando entre en escena la joven Adela de Otero, que pretende que le dé clases de esgrima. Mientras tanto, el general Prim prepara su levantamiento.


Comentario:


Podría decirse que se trata de una novela clásica en sus formas y temas, que combina un poco de misterio, un poco de costumbrismo, un poco de historia y una intriga palaciega. La trama es demasiado sencilla, la verdad, para el número de páginas que ocupa, y que se llenan con abundantes descripciones y explicaciones de la situación política en la España de la época (eso sí, muy relevantes para la historia, ya que están íntimamente relacionadas con la trama principal).

Los primeros capítulos se consumen en la descripción del maestro de esgrima del título, de su vida, de sus costumbres y forma tradicional de pensar, de sus clases y sus tertulias en los cafés. La ambientación es muy buena. Además, está introducida de manera natural, con mucho oficio. Es sin duda uno de los puntos fuertes de la novela. Sin embargo, el exceso descriptivo acarrea en la primera parte de la obra un ritmo bastante pausado. Podría decirse que se trata de una larga presentación de situaciones y personajes, donde hay poca acción.

A partir de la aparición de Adela de Otero parece remontar el interés, aunque, pronto, el autor se estanca de nuevo con más descripciones de clases de esgrima, lances... y de cuán misteriosa es la joven. En este punto, para mi gusto, se cargan demasiado las tintas. La rodea de un halo tan "misterioso" y tan idealizado que enseguida notas cuál es el rol que va a ejercer en la historia, y no, no te equivocas. Hay excesiva insistencia sobre la cicatriz de su boca, sus ojos color violeta, su aire un tanto masculino, su belleza...

Cuando parece que no a pasar nada más en la novela que ver al venerable caballero dando clases a la joven (y medio enamorado de ella), tiene lugar la introducción de un elemento policiaco (poco desarrollado) que vuelve a animar la historia con la promesa de un misterio y de la resolución de un crimen.

Hay escenas algo tediosas, como la lectura de ciertas cartas llenas de nombres por parte del protagonista. Nos las lee enteras, aunque para el lector no significan nada, ya que la clave para entenderlas no se da. Realmente, esta parte podría habérsela ahorrado. También hay algún detalle que parece no cuadrar, aunque será que yo no me enteré bien  (spoiler: el maestro había pasado las cartas a su amigo periodista para que le dijera cuál podría ser su interés, y este, al descubrirlo, se dedicaba a chantajear a un empresario cuyo nombre figuraba en los documentos comprometedores, pero resulta que luego sabemos que la carta clave para saber que se trataba de este empresario había caído debajo de un mueble en casa del maestro, luego el periodista no pudo conocerlo) y alguna situación un tanto "absurda" (spoiler: que justo la carta importante fuera la que quedó debajo del mueble y no otras, cuando se cayeron todas). Y ese clásico de las novelas policiacas malas cuando el asesino sin motivo alguno le cuenta al protagonista todo lo que hizo, cómo y por qué...

En resumen, y a pesar de sus defectos, una novela agradable y simpática, bien escrita, bien ambientada y bien estructurada, aunque "clásica" y sin demasiadas sorpresas, algo lenta en su desarrollo y cuyo protagonista parece un poco el alter ego del autor en cuanto a ideología.

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lunes, 24 de octubre de 2016

Falcó, de Arturo Pérez-Reverte

Falcó
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara
296 páginas


Argumento:

El espía Falcó recibe la encomienda de organizar una peligrosa misión en el territorio republicano durante la Guerra Civil española.


Comentario:

La nueva novela de Pérez-Reverte podría encuadrarse en el género de aventuras en un marco histórico (en este caso, la Guerra Civil España, en los años treinta del siglo XX). Al parecer, y según palabras del autor, esta sería la primera obra de una serie con el personaje que le da título, al estilo de "Alatriste".

En consonancia con el carácter y género de la novela, la narrativa es ágil, la prosa ajustada, seca, concisa, sencilla, sin grandes adornos o descripciones, dando prioridad a la acción sobre la reflexión, lo cual le da un cierto aire de novela de kiosko. En ningún momento se me ha hecho aburrida, a pesar de que las historias de acción y tiros no sean de mis favoritas. No sobra casi nada (quizás alguna escena de sexo innecesaria).

 La trama tampoco es que sea muy compleja, más bien lo contrario. Para colmo, la estructuración y estilo clásicos hacen que sea bastante previsible para quien esté familiarizado con los códigos del género y con las querencias del propio autor, que repite varios de sus clichés favoritos, tanto en personajes como en situaciones.

El protagonista, Falcó, es demasiado tópico como para destacar. Recuerda mucho a James Bond en su actitud. Es el típico antihéroe duro, frío, sin afectos, mujeriego, con su própio código, su propia guerra... Pérez Reverte, además, lo dota de una actitud chulesca que agrava la sensación de estar delante de un cliché o un estereotipo. Se cargan mucho las tintas en su faceta de mujeriego, hasta el punto de que se acuesta con tres mujeres distintas en las escasas 300 páginas de la obra. Entiendo que se ponga una escena de seducción con una mujer aleatoria para que veamos cómo es (su frialdad de sentimientos, su actitud ante el sexo y el amor), pero dos mujeres aleatorias más el interés "romántico" ya son muchas para una sola novela tan corta, sobre todo porque, en apariencia, alguna de ellas no aporta nada a la trama (digo, en apariencia, porque quizás al tratarse de una serie, esos personajes sean recurrentes).

En general, los personajes no están muy trabajados, limitándose a ser meros esterotipos que cumplen su función pero sin profundidad. Apenas están descritos, de modo que sus psicologías son básicas y centradas en uno o dos rasgos.

Los diálogos resultan impostados, en su insistencia de querer ser ingeniosos y cortantes. Pero casi todo en esta novela tiene carácter artificioso, como de cartón piedra, como esas películas de Garci que imitan el cine negro clásico y donde todos los personajes dicen cosas rebuscadas con un cigarrillo en la mano y pose sofisticada. Las escenas de acción, por suerte, son cortas y ágiles, quizás demasiado rápidas en algunas ocasiones, y con la violencia en su dosis justa y realista.

Lo más destacable de la novela sin duda, es que el autor, quizás por un afán provocador, haya elegido que su protagonista milite en el bando franquista en lugar de en el Republicano (que es lo políticamente correcto). Es de admirar el tono neutro a la hora de describir a los bandos contendientes, sin tomar, en apariencia, partido por uno u otro, narrando con asepsia el sinsentido de la guerra y el fanatismo, dotando de ciertos valores a personajes que, en otras novelas o películas serían los malos malosos (falangistas, militares del régimen, etc). Sin embargo, la frialdad en la forma de narrar, también hace que ni siquiera nos moleste, importe o escandalice la amoralidad del personaje central (un asesino despiadado, a fin de cuentas). Todo es demasiado distante, como demasiado peliculero.

En resumen, una novela corta, rápida, que sigue los códigos y tópicos del género de aventuras y espías, algo acartonada, de trama muy simple, previsible, que deja algo indiferente, pero que al menos no irrita (a no ser que uno se tome mal el tema político...)

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lunes, 17 de octubre de 2016

Mujer bajando una escalera, de Bernhard Schlink

 Mujer bajando una escalera
Die Frau auf der Treppe
Bernhard Schlink
Traducción: Txaro Santoro
Anagrama
248 páginas



Resumen:

El abogado protagonista contempla en un museo un cuadro de una mujer que baja una escalera. Décadas atrás, cuando era joven, llevó el caso del autor de la pintura que litigiaba contra el dueño. Eso le hace recordar a la mujer retratada en la obra, esposa del millonario que encargó el cuadro y amante del pintor.


Argumento (algún spoiler):

Aunque esta novela no me ha parecido una obra maestra de la literatura, lo cierto es que me ha entretenido lo suficiente para no considerar su lectura como una pérdida de tiempo. Tampoco carece de valor literario. Con una prosa sencilla, pero de buena calidad, elegante, el autor narra en primera persona una historia en dos épocas que tiene mucho de nostálgica y bastante de triste.

La estructura me ha recordado un poco a la obra del mismo autor "El Lector", en tanto en cuanto trata de la relación de un hombre joven con una mujer que lo utiliza para sus fines, y a la que se vuelve a encontrar años después, cuando ya la edad ha hecho mella en ambos y los sentimientos de pasión dejan de existir. En ambos casos, la mujer tiene el mismo final. Y según recuerdo, también en las dos el protagonista masculino es abogado.

En este caso, la contemplación de un cuadro evoca en el protagonista el recuerdo de un caso de juventud en su bufete que involucraba un curioso triángulo amoroso: un pintor, un millonario y la esposa de este, la cual manipula al abogado para hacerse con el cuadro en litigio mediante una artimaña ilegal. Podría decirse que tal y como la recuerda el protagonista podría ser el retrato típico de la mujer fatal y usa sus encantos para lograr sus propósitos. En esta parte quedan de manifiesto la gran ingenuidad del joven abogado y sus fantasías amorosas y aventureras. Y la frivolidad de los hombres en pugna por la posesión de la mujer y el cuadro, casi equiparados como objetos bellos.

Al aparecer el cuadro después de décadas desaparecido, el abogado decide buscar a la mujer del retrato, ya envejecida y enferma, oculta en una isla donde tiene una existencia casi hippie. El autor contrapone, como pasaba en "El Lector" el recuerdo idealizado de ese amor de juventud y los sueños de la vida que podría haber sido, con la cruda realidad del deterioro físico. Es en esta parte donde se nos hace conocer la verdadera personalidad de Irene, la mujer del retrato, de su vida después del asunto del cuadro, de sus aventuras por el mundo y de su filosofía. También su enfermedad mortal, que marca del todo la segunda parte de la novela.

Lo cierto es que la primera parte, con la rocambolesca historia del cuadro y del triángulo o cuadrángulo amoroso no me hizo mucha gracia, no solo por la temática sino también por ser bastante previsible en su resolución. Ha sido la segunda parte la que me ha reconciliado un poco con la obra, ya que, a pesar de su parecido esencial con la mencionada "El lector", afloran sentimientos y emociones más humanos, y se tocan temas un poco más profundos, como el sentido del arte, la muerte, las oportunidades perdidas en la vida, las ilusiones vanas de la juventud, la fugacidad de las pasiones, de la belleza humana, contrapuesta a la mayor duración de la belleza artística... Sin embargo, resultan difíciles de creer algunos hechos, como la dedicación del abogado a esta mujer moribunda que apenas conoce... El final es bastante melancólico, aunque no me ha parecido en exceso sensiblero pese a reflejar con tanto detalle la agonía.

En resumen, una obra en la línea del autor, fácil de leer, ligera a pesar de las temáticas que toca, que podría haber sido mejor pero que tampoco es desdeñable. Al final te queda la sensación de que podría haber ido más allá en algunos aspectos para alcanzar un nivel literario superior, pero bueno, viendo lo que hay por ahí... no es una mala lectura.

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jueves, 13 de octubre de 2016

Muñecas rotas, de James Carol

T.O.: Broken Dolls, 2014
Editorial: La esfera de los libros, 2015
440 páginas
20,90 €

Argumento:

El investigador y ex agente del FBI Jefferson Winter llega a Londres para ayudar a Scotland Yard en la investigación de varios crímenes.

Comentario:

«Muñecas rotas» (primera de una serie de obras independientes protagonizadas por Jefferson Winter) es una novela de misterio con asesino en serie que sigue las normas del género: crímenes terribles, personaje secuestrado a quien el protagonista intenta salvar contrarreloj, giros argumentales más o menos previsibles y sorprendentes, escenas de acción, etc…

Sin embargo, hay varios factores que la diferencian de otras obras del mismo género, entre los que se encuentran la correcta redacción, una prosa medida para intercalar con acierto las escenas de la investigación con lo que le está sucediendo a la mujer secuestrada (una tortura in crescendo cuyo proceso se conoce por ser igual al que ya se ha relatado que sufrieron las víctimas anteriores), o cierta complejidad en la composición de los personajes.

El protagonista, Jefferson Winter, narrador en primera persona, es un ex agente del FBI, especialista en psicología criminal que sigue métodos similares a los vistos en series como «Mentes criminales»: realizar «entrevistas cognitivas» a un  par de personajes secundarios, ponerse en el lugar del asesino, deducir sus motivos y psicología analizando lo que les hace a sus víctimas, o crear un perfil sobre él, lo bastante certero como para hacer avanzar el caso e incompleto como para poder añadir más tarde datos que modifiquen sustancialmente las primeras impresiones, dando lugar a un par de sorpresas.

Además, Winter está inmerso en una cruzada personal, atormentado por sus propios demonios: es hijo de un asesino en serie (y, de alguna manera, su víctima) quien, antes de ser ejecutado, le dijo un «Eres igual que yo» que le impulsó a abandonar el FBI y seguir sus propias normas, no siempre dentro de la legalidad.

La capacidad del autor de crear empatía incluye, en mayor o menor medida, a los principales secundarios. Mientras el inspector Mark Hatcher media entre Winter y un Scotland Yard que unas veces parece casi a su servicio y otras le pone inconvenientes, la detective Sophie Templeton se erige en compañera y apoyo del protagonista, además de establecerse entre ambos una ligera tensión sexual no resuelta.

Sin embargo, quienes despiertan más empatía son las víctimas, tanto las anteriores (en especial la primera y la cuarta, Sarah Flight y Patricia Maynard) como la que acaban de secuestrar, Rachel Morris, consciente de lo que le va a suceder e intentando sobreponerse al miedo y al dolor, cuyos capítulos, la evolución de la tortura a la que es sometida, se alternan con la investigación de Winter creando una dinámica de tensión creciente que impulsa a continuar leyendo para saber si consiguen salvarla a tiempo.´

La novela cuenta además con varios giros argumentales más o menos eficaces, creíbles o incluso engañosos (la petición de Winter a la madre de Sarah Flight) que cambian la percepción de la historia, y escenas de acción que, en ocasiones, se alargan demasiado en su intento de crear tensión acerca de lo que va a suceder.

En resumen, «Muñecas rotas» es una novela de género entretenida y con gran capacidad de «enganchar», que cumple su cometido con solvencia e incluso sobresale en ciertos aspectos por encima de otras.


***T***


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lunes, 10 de octubre de 2016

La Reina del Tearling, de Erika Johansen

La reina del Tearling
The Queen of the Tearling
Erika Johansen
Gemma Rovira (Traductora)
Fantascy
493 páginas


Argumento:

La joven Kelsea vive en un bosque en la sola compañía de dos viejos tutores. Un día aparecen unos soldados que se la quieren llevar a la capital del reino para hacerla Reina, ya que ella es la heredera. La vida de la joven cambiará radicalmente, cómo no, en esta tesitura.


Comentario (algún spoiler):

Cuando compré este libro no tenía la menor referencia de él. Pensé que se trataría de fantasía, por la portada y por la sinopsis, y aunque, en efecto, fantasía hay, el estilo literario no es lo que yo pensaba. Ya desde las primeras páginas me pareció más una obra juvenil que otra cosa. No es que ser juvenil sea algo malo, pero el planteamiento y resolución de algunas situaciones me resultaron un poco desconcertantes y ligeras.

Especialmente descolocante es el inicio, esa premisa de que la heredera del trono de un reino (el Tearling, en este caso) viva aislada en un lugar para supuestamente evitar que la maten sus rivales. Vamos a ver, si eres la heredera, ¿por qué no haces valer tus derechos? ¿No hay nadie en ese reino que te apoye, yo qué sé, nobles, instituciones…? ¿Y si nadie te apoya cómo te arriesgas a postularte como Reina? En el libro se supone que su tío, al parecer su único familiar vivo, ocupa la regencia desde hace ¡diecinueve años! El tío, claro está, es uno de los que la quieren matar sin que se sepa muy bien por qué, ya que él no usurpa el trono pese a no haber nada que se oponga (después de todo, la heredera podría estar muerta; lleva años perdida). 

Se supone que Kelsea tiene un montón de “poderosos” enemigos que quieren acabar con ella: el Regente y la Reina Roja (que es la mala, la reina del reino rival), entre los más destacados. Incluso han contratado a una secta de asesinos para hacer el trabajo, pero inexplicablemente durante casi veinte años nadie la encuentra (y eso que está en el mismo reino).  Tampoco pueden matarla en su camino hasta la capital, pese a la clara ineptitud de sus guardias reales, que en lugar de protegerla, se emborrachan y distraen cada dos por tres (además de permitir que caiga en manos de una especie de Robin Hood que roba a los ricos para quedárselo todo él, pero aun así es el ídolo del pueblo).

Ni que decir que la chica llega a la capital y sin que haya la menor resistencia por parte de los “malos” o del “pueblo”, y saltándose a la torera algunas de las tradiciones o protocolos, se convierte en la reina, porque ella lo vale (y sus zafiros mágicos), sin más experiencia ni educación que la que le dieron los tutores en el bosque (que eso sí, abarca todos los campos imaginables).

Llegados a este punto, cabe destacar que la construcción de este mundo imaginario es bastante mala, confusa e incoherente. O tal vez es que la forma de explicarla no es la más adecuada para hacerlo comprensible.

En primer lugar, la autora pasa olímpicamente de explicarnos las normas del reino, por ejemplo, reglas de sucesión, de regencia, organismos… Tal parece que la organización administrativo-política consta de una reina, de una guardia real, cuyo capitán parece que actúa como consejero… y nada más. Bueno, hay unos curas por ahí, pero de eso hablaremos más adelante.  De acuerdo que no hay por qué detallar tanto a veces, y que es más importante la historia, pero si la falta de estos detalles hace que no entiendas qué pasa… pues a lo mejor es que son necesarios. Pero como la autora te oculta cosas para las “sorpresas” y los “misterios”…

En segundo lugar, el universo donde tiene lugar la acción de esta historia. La autora no te explica dónde ni cuándo estamos. Por la descripción: guerreros con espadas y corazas, gente montando a caballo, etc, parece que hablamos de un mundo pre-industrial… Pero de pronto, saca a colación tecnología y cosas de nuestro mundo, como los libros de Harry Potter, cigarrillos, los ebooks, los pc, las calculadoras… y entonces te das cuenta de que en realidad, se trata de algo tipo distopía juvenil como las que están últimamente de moda.

Bien, más o menos te dicen que hubo una Travesía de gente de nuestro mundo moderno, capitaneada por un tal William Tear, que se llevó a varias personas a un Nuevo Mundo para comenzar desde cero mediante una utopía “socialista” (sí, socialista). Pero ni mención de qué pasó para tomar esas decisiones, ni a dónde fueron a parar, etc. Es curioso que pese a que los libros son en este universo un bien escaso, hay varios personajes que conocen bien la historia pre-Travesía (o dicen conocerla), y hacen frecuentes alusiones a ella. Sin embargo, como es una de las partes del misterio de la obra, la autora se guarda de dar detalles (que se conocerán en el libro segundo). 

En este nuevo mundo hay dos reinos principales que son el Tearling (capital Nueva Londres) y Nueva Europa, que se cambió el nombre a Mortmesne. En el Tearling la tecnología es tan básica que ni tienen imprentas para hacer libros, ni armas de acero, viven en la pobreza y con una agricultura casi de subsistencia (aunque en algún momento dice que los campesinos van a cierto lugar a vender sus cosechas, lo cual significa que hay excedentes); sin embargo, en el otro reino, el de los “malos”, el de la Reina Bruja perversa, la gente vive en orden, tienen fábricas, fundiciones, conocen el hierro y el acero, tienen armas, y, agárrense, hacen trasplantes y hasta cirugía estética. Es decir, que reinos que son vecinos están en estadios culturales radicalmente distintos, y hasta que llegó Kelsea al poder, nadie se planteó que podrían recuperar la tecnología del pasado (que la conocen, pues la mencionan, saben que existen las imprentas, ¿por qué no las fabrican? ¿Por pereza?). Por cierto, ¿por qué la reina mala que tiene una tecnología aplastantemente superior no invadió el otro país en lugar de observar un estúpido tratado de paz?

Resulta muy chocante que Kelsea mencione que el de los pelirrojos es un “gen recesivo” y que se diga que la reina roja es una experta en “genética”, en un mundo donde la gente lucha con espadas y arcos. Ah, se me olvidaba que también existen la heroína inyectable y los antibióticos… Y los anticonceptivos, para los ricos, ya que el número medio de hijos por familia es de siete. (Recuerdan del pasado lo que interesa para la historia y mantener el misterio).

Pero lo más curioso es que algunos personajes, sobre todo los femeninos, en algunos aspectos tienen mentalidades y actitudes hacia ciertos hechos totalmente modernos (de nuestro mundo), mientras que en otros actúan como gente bárbara. Por ejemplo, la Reina Roja siente asco por los pederastas de su gobierno, hasta el punto que no quiere ni darles la mano, y mientras piensa esto… te sacrifica un niño a un espíritu oscuro o le corta la lengua a un esclavo sexual. Kelsea, por su parte, también es muy sensible a la problemática femenina, a los malos tratos, la pederastia, tráfico de menores (sic), tráfico de drogas, esclavitud y todas esas cosas que pasan en su reino, pero ni se inmuta cuando ve la cabeza de x personaje clavada en una pica.

Aunque el utópico William Tear era ateo y socialista, al parecer la Iglesia sigue teniendo poder incluso en ese otro mundo. Una iglesia muy peculiar, más católica que protestante, con un Santo Padre y curas interviniendo en la sociedad con brigadas anti-sodomía (sic). Kelsea, que es atea también, desde el inicio se enfrenta con la “iglesia”, corrupta, por supuesto. 

Como si esta descripción del mundo o worldbuilding no fuera suficientemente confusa, resulta que también hay magia, sin que se explique  de dónde viene, por qué, cómo funciona, etc. A Kelsea le viene muy bien, ya que sus zafiros maravillosos le sirven como auténtico deus ex machina para resolver situaciones difíciles… Y a la Reina Roja para hacer maldades (pero no para encontrar a Kelsea en casi 20 años, qué mal). También a la reina le vienen genial las visiones proféticas o sueños que le advierten de los peligros o amenazas (cuando procede, según conviene a la historia… otras veces no ve nada).

Qué decir de la protagonista, un auténtico ejemplo: valiente, aguerrida, lista, culta, escéptica, defensora de los derechos de las mujeres, anti esclavista, generosa, compasiva… pero atormentada por ser ¡fea, gorda y masculina! (cosa que nos repiten con cansina insistencia, así como las envidias que le provocan las mujeres guapas, incluso las viejas). No solo la reina del Tearling vive obsesionada por su físico sino que incluso sus propios guardias le recuerdan que tiene sobrepeso… (A falta de asesores o consejeros, los groseros y maleducados guardias). Recordemos que esta protagonista fea, gorda y masculina será interpretada en el cine por Emma Watson…

Se nos dice que Kelsea es lista, pero toma con frecuencia decisiones arbitrarias o directamente incomprensibles, como saber que x persona trata de asesinarla y en lugar de mandar detenerla, la deja marchar, dándole encima varios días de margen para que recoja sus cosas. Luego, ante una amenaza, se va con toda su guardia y parte del ejército a x pueblo, dejando la capital desguarnecida… Por no mencionar su falta de análisis de la situación cuando llega al trono y su imprudente decisión respecto al "tributo" al otro reino.

En fin. Que en este libro las cosas pasan muy deprisa. Gente que nunca vio un trono se hace reina y comienza a gobernar a diestro y siniestro con un programa político “progresista”: mejorar la cultura, la sanidad, la educación, quitar la pobreza, abolir la esclavitud... A ver, que la idea no es mala, es la forma de plasmarlo la autora, de modo muy simplista, acelerado e irreal. En general, todo el libro es así. Pasan cosas que te las tienes que creer, pero no están bien justificadas, personajes que aparecen y desaparecen cuando conviene (el Traedor), secretos y misterios que se saben pero no se dicen para mantener la “intriga” de un modo poco sutil, escenas surrealistas (la coronación, los esclavos sexuales de la reina mala), decisiones y descripciones infantiles, al lado de escenas violentas de violaciones, gente quemada, muertes, torturas… La sutileza no es el fuerte de la autora: los malos son malísimos (y tontos a veces; el Regente, en concreto, es muuuy tonto), y los buenos son justos.

Al final del libro, no se da solución a ninguno de los misterios planteados: quién es el padre de Kelsea, qué pasó en la utopía para degenerar a monarquía corrupta, qué le pasó al mundo para que se fuera la gente a la Travesía, de dónde viene la magia de los zafiros, dónde rayos está este mundo… En el segundo tomo creo que se da respuesta a alguna de las preguntas, pero no a todas.

En aspectos formales, la prosa es sencilla, fácil de leer, sin complicaciones ni adornos y con un tono ligero y juvenil, en tercera persona con punto de vista del personaje (hay varios, pero se centra en Kelsea), aunque abundan las descripciones. 

En resumen, un libro un poco desconcertante, a veces risible, a veces surrealista, pero que al final, de pura ternura que te da su simpleza, acabas tomándole cariño a este mundo y a la peculiar reina Kelsea. Seguramente lea el segundo tomo. Quiero pensar que todas las preguntas sin respuesta, las aparentes incoherencias, tienen explicación en futuras entregas... 


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jueves, 6 de octubre de 2016

Cero K, de Don DeLillo

Cero K
Zero K
Don DeLillo
Traductor: Javier Calvo
Seix Barral
320 páginas


Argumento:

La madrastra de Jeffrey Lockhart quiere terminar sus días criogenizada, en espera de nuevo despertar. El joven acude al centro donde tendrá lugar la congelación con su padre, quien le anuncia algo sorpresivo y traumático sobre el asunto.

Comentario:

He de decir que empecé este libro con muchísimas ganas, muy interesada, ya que el tema es atractivo y me llama mucho: las implicaciones de la criogenización, de la vida prolongada por métodos médicos, el transhumanismo en general, la inmortalidad, el propio concepto de lo que es vida... 

Durante los primeros capítulos, cuando conocemos el centro donde se criogeniza a los pacientes que voluntariamente acuden a él (en fases terminales, por ejemplo, o con enfermedades sin cura y que generan poca calidad de vida), estuve enganchada a la prosa poética y casi trascendental del autor, que logra crear un aire casi surrealista, futurista, muy adecuado a lo que se está contando, con descripciones interesantes. No sé por qué, pero en algún momento me recordó un poco a Houellebecq, y en otras partes, a novelas clásicas del género de Ciencia Ficción, distopías del estilo de "Un mundo feliz", de Huxley.

A través de Jeffrey, escéptico con esas cuestiones, conocemos el lugar y a los pintorescos seres que lo habitan, defensores de lo que parece una nueva religión laica de la vida eterna. Ciertamente, toda esta parte da qué pensar y mucho, inquieta y perturba, sobre todo el giro que se da cuando el padre de Jeffrey hace su anuncio. La gente de ese lugar, que parece un búnker o refugio, piensa que serán la avanzadilla de una nueva humanidad, y convencidos de ello, aleccionan a los demás. Personaje especialmente llamativo el de El Monje (hay un remedo de la religión, digamos tradicional, como si se tratara de usurpar la mística espiritual en un modo materialista). 

Sin embargo, en el momento en que la madrastra de Jeffrey deja de estar presente y este abandona el lugar, el libro, para mi gusto decae en interés. Empieza a divagar, a alejarse del argumento primero y a centrarse en la vida amorosa del protagonista, supongo que como contrapunto de lo visto anteriormente, como si el autor quisiera decirnos que eso sí es la vida y no las pretensiones un tanto utópicas y fantasiosas de los defensores de la criogenización y la humanidad post humana. Entiendo la intención del autor, sí, pero el que se aleje de la trama principal a mí también me aleja del libro, y lo cierto es que, al final, ya lo leía con desgana.

Eso sí, la prosa es buena, muy lírica, quizás a veces, demasiado, hasta rozar el surrealismo. No había leído nada de este autor; no esperaba que tuviera este tono tan elevado, aunque la verdad, tiene frases muy buenas, de gran nivel. 

Como curiosidad, Cero K es una alusión a la temperatura de congelación de los cuerpos.

Al final, la obra no me parece que logre una dimensión superior, no es tan impactante como las distopías clásicas, no estudia a fondo el asunto que supuestamente trata, divaga, se va por las ramas, y queda como un borrador de ideas que prometían o que podrían haber dado lugar a mayor desarrollo. Quizás me falla también el protagonista principal, al que noto un poco anodino, pasivo, mero observador de las cosas que ocurren a su alrededor. Pero bueno, tiene partes muy bien escritas, para el disfrute con una prosa elaborada.

En resumen, una novela de la que esperaba bastante más, por su temática y sus implicaciones filosóficas, pero que después de una primera parte interesante, decae o pierde el rumbo. 

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lunes, 3 de octubre de 2016

Me llamo Lucy Barton, de Elizabeth Strout

Editorial: Duomo ediciones
Colección: Nefelibata
Traducción: Flora Casas
224 páginas
16,80 €

Argumento:

Lucy Barton rememora los días que su madre le hizo compañía mientras estaba en el hospital.

Comentario (con SPOILERS):

Es difícil comentar «Me llamo Lucy Barton» sin incurrir en el spoilers como ejemplo de los pros y contras de una novela que puede satisfacer, o no, dependiendo de varios factores.

Relatada en primera persona por la propia Lucy desde su presente, la autora rememora, casi a modo de autobiografía, los días en los que se reencontró con su madre durante una estancia en el hospital, lo que le lleva a recordar pasajes de su infancia, y otros momentos de su vida.

Si bien la trama principal es la relación entre una madre y una hija con dificultades para comunicarse, lastradas por un pasado que ninguna de las dos quiere detallar, también son importantes otros temas, como la influencia de la infancia (en este caso traumática) en el desarrollo de las personas, o la literatura utilizada para huir de una realidad desagradable (vivir en un lugar pequeño y frío)  y, después, tras acudir a un taller literario en el que le dicen varias generalidades, como vehículo para expresar vivencias.

Un tema en principio atractivo (la difícil relación maternofilial) parece desaprovechado, en parte debido a la redacción, que opta a menudo por las notas breves, algo frías, con un contenido más intuido o supuesto que plasmado, dejando la interpretación a cargo de quien lee.

Hay también digresiones, como el relato por parte de la madre de diversas anécdotas sucedidas a conocidos de ambas, que pueden interpretarse como una forma más de su negativa a comunicarse, a hablar de las cosas con claridad, algo que elude también Lucy en su novela, cargada de silencios que en realidad nadie parece desear romper.

Curiosamente, quizá por la falta de profundización en los hechos concretos, no da la impresión de que el pasado haya afectado demasiado a Lucy, que se siente culpable por haber escapado de él gracias a los estudios, mientras sus hermanos se quedaban atrás, pero no se esfuerza en relacionarse con ellos. Tampoco parece que le haya influido en su propia vida como madre, que retrata una relación fluida con sus hijas.

En resumen, si bien en la novela se habla de temas interesantes y profundos, la forma en que está redactada atraerá más a quienes gusten de un retrato distante y «realista» y quizá no satisfaga a quienes prefieran historias en las que los personajes evolucionen, cambien, se vean afectados por lo que se relata.

***T***

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