domingo, 27 de noviembre de 2016

El laberinto de los espíritus, de Carlos Ruiz Zafón

El laberinto de los espíritus
Carlos Ruiz Zafón
928 páginas
Editorial Planeta


Argumento:

La policía investiga la desaparición de Mauricio Valls, escritor y antiguo director del penal de Montjuic en Barcelona. Para ello designa a la pareja formada por la misteriosa Alicia Gris y el veterano Vargas. Al tiempo, se revelan los últimos secretos de la familia Sempere, protagonista de los tomos anteriores de esta serie del "Cementerio de los libros olvidados".



Comentario:

Hasta la mitad más o menos, esta obra de Zafón me estaba gustando. Escrita con una prosa ágil, dinámica, colorista (pero moderada respecto a excesos de figuras de las obras anteriores), llena de diálogos ingeniosos, escenas de tinte cinematográfico, intriga, y protagonizada por una pareja de "detectives" (Alicia y Vargas) muy bien compenetrada, en la que destaca ella, una especie de espía en la línea del Falcó de Pérez Reverte (pero mucho más humana, realista e interesante, dentro de su carácter novelesco), la novela se lee casi sin sentirlo hasta que tiene lugar cierto giro argumental. 

Sin embargo, a partir de ese momento (y de que entren en escena los Sempere y las tramas e historias de los libros anteriores), a mí se me ha hecho cuesta arriba. Los diálogos, además de ser larguísimos, se pasan de ingeniosos. Todos los personajes, sean de la adscripción socio económica que sean, hablan más o menos igual, son capaces de agudas réplicas y contra réplicas en los contextos más variados. Hay dos tipos de habla: la culta enrevesada (de Fermín y un par de personajes más) y la normal. Para mi gusto, se falla en el tono, demasiado humorístico incluso en situaciones dramáticas (por ejemplo, una escena donde un personaje malherido está a punto de morir en un taxi y los demás con sus floreos y frases graciosas). 

Dejando aparte a Alicia, que me parece el hallazgo de la novela, el resto de personajes o me caen mal, como Bea (injustificadamente celosa y arisca) y  Fermín (caricatura del personaje de "La Sombra del viento"), o me parecen sosos, como Daniel,  muy desdibujado. Por otro lado, hay demasiados personajes. Y, lo que es peor, demasiados personajes con "punto de vista" (consecuencia de ese narrador en tercera persona omnisciente que lo cuenta absolutamente todo: sí, Zafón sigue sin conocer la elipsis; por favor, que alguien se la presente), lo cual contribuye a aumentar el número de páginas, a dispersar la atención, a enredar la trama. Hay también un exceso de explicaciones sobre lo ocurrido, que lejos de aclarar, lían más al lector (o al menos, yo he tenido esa impresión: hay detalles de las que no me he enterado, lo reconozco).

Algunas de las cosas que suceden me parecen previsibles, como la identidad de uno de los "villanos", o el secreto-misterio de Isabella (¿qué otra cosa podría ser?). El misterio final desvelado no me ha resultado interesante. Y terminada la lectura, una se da cuenta de la cantidad de escenas que podrían haberse recortado o eliminado sin que se resintiera la obra.

Lo cierto es que cuanto más analizo la historia más deslavazada me parece. Da la impresión de que el autor mete muchos elementos, además de tratar de explicar los libros anteriores, con el resultado de una amalgama heterogénea en exceso dilatada. Lo único que me ha interesado de verdad ha sido la historia de Alicia, que podría haber funcionado incluso por separado, en un spin off. Pero el autor la vincula de forma algo forzada con la historia de los Sempere, que a mí, la verdad, me aburre (y es que ya son muchos libros contando lo mismo desde distintos ángulos).

Percibo que Zafón usa como de costumbre diarios y libros para contar diversas partes de la historia, pero a mí me ha parecido un recurso algo fallido, en tanto en cuanto no son creíbles tales documentos. Es decir, no cuadra un "diario" tan artístico y literario, y encima destinado a no ser leído. Un diario (o memorias, confesión, etc), por lo demás, que aporta un secreto que no afecta a la trama en demasía ni aporta nada a los personajes tocados por la "confesión". Si quieres confesar algo, escribe una carta; si no quieres que se sepa, no escribas nada.

Otro bache se encuentra al final, con un anticlimático desenlace o epílogo de decenas de páginas, de tono metaliterario, donde el autor trata de cerrar el círculo de la serie introduciendo elementos que vinculan con "La sombra del viento" y su personaje emblemático Carax. 

A mí se me ha hecho larga la novela. A pesar de que está bien redactada y revisada, me ha parecido lo mismo de siempre pero mucho más extendido. Zafón recrea, con su suerte de realismo mágico, una Barcelona alternativa, o sea, que no existe, pasada por su visión gótica y fantasmagórica, llena de mansiones decadentes, con salas polvorientas, colecciones de muñecas, almacenes abigarrados, cementerios, bibliotecas desmesuradas, lugares ocultos, un mundo subterráneo al que solo algunos tienen acceso... Abundan los sueños, donde el autor da rienda suelta a su verbo florido para lo fantástico. Y referencias a libros, librerías, clásicos de la literatura, a "letraheridos" (palabra de origen catalán que repite mucho). Tampoco se evitan escenas truculentas, o directamente gore, que recuerdan a películas de terror. En este sentido, Zafón da a sus fans lo que les gusta de él, lo que ha hecho su estilo, mucho más depurado y preciso en lo tocante a la prosa. En ese aspecto poco se le puede reprochar. Más pegas podrían ponerse a la forma de articular el argumento y desarrollar la trama y a alguna escena que busca meramente el impacto teatral, aunque no sea muy lógica.

En resumen, Zafón en estado puro, pero con dosis extra para fans que deseen rematar la serie del Cementerio de Libros Olvidados, para mi gusto bastante buena y entretenida hasta la mitad, luego no tanto, bien escrita, a veces excesiva, atemporal pese a estar ambientada en el franquismo (qué "original"), llena de recursos un poco manidos de folletín clásico (identidades ocultas o falsas, parentescos secretos, secuestros, hombres enmascarados, etc) que remiten a las fuentes de inspiración del autor. Me ha hecho gracia cómo Zafón evita que busquemos anacronismos al decirnos al inicio que los hay...

Off topic: aunque me gustaría que el autor escribiera algo totalmente nuevo y se olvidara para siempre de estos personajes, no estaría mal contar las aventuras de Alicia durante los años en los que no se sabe de su vida. Podría ser interesante, dado que el personaje promete. Ahí queda eso...


¿Qué te ha parecido la crítica? ¿Te apetece leer este libro? ¿Ya lo has leído? (Los comentarios están moderados con lo cual tardan un poco en salir. Gracias por tu opinión)

jueves, 24 de noviembre de 2016

Entrevista a Ana Ballabriga y David Zaplana, ganadores del Concurso de Amazon para Indies 2016 con "Ningún Escocés Verdadero"

Recientemente se ha fallado el Concurso Amazon para Indies 2016 en el que ha resultado ganadora la novela "Ningún Escocés Verdadero" de Ana Ballabriga y David Zaplana. Los autores han tenido a bien contestar a esta breve entrevista en la que conoceremos un poco sobre su vida y obra literaria. Gracias anticipadas por dedicarnos un poco de tiempo.


1.      ¿Cuál fue vuestra intención al escribir «Ningún escocés verdadero»? ¿Habéis querido transmitir algún mensaje con esta novela? A mí me da que sí...

Desde luego. Creo que todas las novelas tienen algún mensaje, sea pretendido o no por parte del autor.
Cuando nos planteamos una nueva novela, el primer objetivo que tenemos siempre David Zaplana y yo es que sea entretenida, que enganche desde la primera página. Pero, desde luego, pensamos que solo con eso no es suficiente. En este caso nos hemos planteado varios “mensajes” o temas sobre los que nos interesaba profundizar: la construcción de la moral, la presión social y la corrupción de algunas instituciones como la Iglesia Católica.

2.      ¿En qué se diferencia de otras del mismo estilo, género o temática?

Se diferencia en que la hemos escrito nosotros. Ahí comienzan las diferencias. Como todo autor, tenemos nuestra propia forma de sentir la literatura y es lo que plasmamos en las historias que escribimos. Nos apasiona el misterio (es nuestra debilidad), nos interesa profundizar en la psicología de los personajes (hacemos mucho hincapié en esto porque creemos que los personajes son los pilares sobre los que se sostiene una novela) y nos parecía crucial que los lectores tuvieran que reflexionar sobre algunos aspectos de la trama.



3.      A pesar de ser una obra que podría enmarcarse en el género de aventuras, misterio o thriller, parece ponerse bastante acento sobre los personajes, sus formas de ser, sus ideas... Destaca especialmente L, que a mí me ha recordado un poco (en esencia) a Salander, la protagonista de la saga Millenium, de Stieg Larsson. ¿Podéis hablarnos un poco sobre ellos?


Sí, nos han comentado alguna vez que L recuerda en algunos aspectos a Salander, es todo un elogio. L simboliza la libertad. Conocemos cómo ha ido creando, desde muy pequeña, su propia moral a través de experiencias difíciles en un circo ambulante. Creo que L es lo que a muchos nos habría gustado ser, pero no nos atrevemos. 

Elías simboliza el convencionalismo. Es un joven apuesto, con una vida ordenada, que nunca ha asumido riesgos. Sus problemas comienzan cuando L viene a remover todo su sistema de creencias. Ahí no le queda más remedio que cambiar y aprender. Y, como suele suceder, el aprendizaje va acompañado de dolor.

Pero, al margen de los dos protagonistas, hay muchos otros a los que, aunque tengan un recorrido más corto en la historia o sus apariciones sean menores, mimamos. Nos interesa mucho crear personajes con una identidad muy marcada y huir de los caminos ya trillados.


4.      Dado que algunos de los temas de la novela son controvertidos, y hay bastante sexo y violencia, ¿cuál sería el público lector? ¿A quién se la recomendaríais? ¿A quién no?


Antes de lanzar la novela te habría contestado, sin dudar, que gente muy tradicional o personas católicas no serían el público más adecuado. Después de haber compartido encuentros con lectores de muchos tipos nos hemos dado cuenta que la cuestión solamente está en si tienes la mente abierta.  Los pasajes de sexo y violencia se pueden saltar, aunque tengan un sentido dentro de la novela. Para nosotros lo más duro son las cuestiones morales que planteamos.


5.      Habéis publicado varias novelas más a dos manos, disponibles en Amazon. ¿Por qué elegisteis el formato ebook y esta plataforma en lugar de una publicación  más tradicional, en papel, con una editorial? De paso, habladnos un poco sobre vuestras anteriores novelas. ¿Habéis publicado algo con seudónimos?

Elegimos ebook porque las editoriales grandes y tradicionales están muy cerradas a publicar autores noveles. Y si lo hacen, normalmente no suelen tener demasiado apoyo de difusión por parte de la editorial. Las editoriales pequeñas son más accesibles pero normalmente se encuentran con el problema de que sus libros no tienen cabida dentro de las librerías, inundadas por bestseller. Así que la única opción que veíamos viable era la de Amazon.

Publicamos en papel y con una pequeña editorial “Tras el Sol de Cartagena” en 2007. Se trata de una historia de investigación de un misterio histórico por parte de un joven amante de la historia y una chica a punto de casarse y cansada de su vida vulgar. Es un libro que ha funcionado bien tanto en papel como en Amazon, donde lo publicamos también recientemente.

“Morbo Gótico” (Alfaqueque Editorial, 2010) es thriller. Un feminicida recorre las calles de Lisboa. Nicolasa, psicóloga española casada con un policía portugués, inicia una investigación paralela intentando ayudar a su marido mientras que una enigmática mujer comienza a ir a su terapia. Aquí hablamos de los celos y de la falta de comunicación y los problemas que trae consigo. 

“Cruzados en el tiempo” solo la publicamos en Amazon. Es nuestra primera novela, de corte juvenil, y la firmamos como Gaia Sanmartín, que es quien cuenta la historia. Se mezcla ciencia ficción y fantasía, es una novela curiosa y diferente.


6.      ¿Qué os llevó a participar en el concurso de Amazon para Indies? ¿Cómo ha sido vuestra experiencia? ¿Qué esperáis que os aporte ahora que sois los ganadores?

Habíamos deambulado por varias grandes editoriales y agentes literarios. Y estuvimos a punto de publicar pero en el último momento, en la última reunión, la editorial daba marcha atrás. David recibió en ese momento un mail de Amazon anunciando que lanzaba la convocatoria del concurso. Esto junto con la insistencia de una amiga (Blanca, a la que le estaremos agradecidos siempre) de que el futuro era digital, hicieron que diéramos el paso. 
El balance de la experiencia es claramente positivo. Ha sido un proceso muy emocionante. La novela se fue situando bien en los ranking y los comentarios positivos se iban sumando. Cuando finalmente nos informaron de que éramos los ganadores fue algo impresionante. ¡Y más teniendo que aguantar quince días sin decir nada hasta que lo comunicaron oficialmente!
El premio para nosotros es una oportunidad para que nuestra novela tenga visibilidad y pueda llegar a muchos más lectores.



7.      La gente dice que las novelas de indies poseen calidad inferior a las publicadas por editoriales, pero yo he leído novelas de potentes editoriales españolas que están mil veces peor redactadas y revisadas que la vuestra, que enseguida me sorprendió por su factura profesional. ¿Podéis comentarnos un poco cómo es vuestro proceso de trabajo: organización para escribir a cuatro manos, proceso de documentación, de escritura...? ¿Surgen conflictos por diversos enfoques o puntos de vista a la hora de afrontar una escena, situación, personaje, etc? ¿Revisáis mucho?

Te agradezco el comentario. David y yo hablamos mucho durante todo el proceso, es la parte más interesante. Exponemos ideas, hablamos de los temas que nos interesan y perfilamos la trama. A veces discutimos, pero cada vez menos. Trabajamos muy bien en equipo. 

En “Ningún Escocés Verdadero” hablamos de la moral, del arte conceptual y del arte clásico, de algunas cuestiones históricas como el robo de la Cruz de Caravaca, de cátaros y de agotes... Esto requiere una labor de documentación muy importante, nos lleva nuestro tiempo. Después comenzamos a estructurar la historia y a repartirnos las tramas. Y ya, por fin, comienza el proceso de escritura. Una vez terminada la primera versión, la revisamos a fondo David y yo. Además tenemos la suerte de contar con muy buenos lectores cero que son muy intransigentes. Revisamos mucho, lo que es la parte más dura del proceso. La versión actual es la novena y nos ha costado tres años de trabajo.


8.      ¿En qué estáis trabajando ahora? ¿Alguna otra obra en proceso? ¿Alguna primicia que contarnos?

Estamos con una historia a la que todavía le queda muchísimo pero lo que sí es seguro es que abandonamos por un tiempo Cartagena y nos vamos a mi pueblo, Candasnos. Allí transcurrirá nuestra próxima novela.

9. Y, para terminar: ¿algo que comentar, objetar, aclarar o matizar sobre la reseña de «Ningún escocés verdadero» que hemos publicado en el blog? Hablad ahora o callad para siempre…


Nos parece una reseña muy interesante, todas las reseñas lo son siempre que se hagan desde la honestidad. Las reseñas sirven para que los autores tengamos un punto de vista más sobre nuestra novela y así poder mejorar en las siguientes.
En vuestro caso, os caracterizáis por decir lo que pensáis sobre un texto y además lo argumentáis. Así que os calificaría de valientes, doctas y perspicaces. Más cercanas a L que a Elías.

Muchísimas gracias por haberos interesado en nuestra novela.

Gracias por responder a nuestras preguntas.

lunes, 21 de noviembre de 2016

Ningún Escocés Verdadero, de Ana Ballabriga y David Zaplana

Ningún escocés verdadero
Ana Ballabriga y David Zaplana
424 páginas


Argumento:

Un detective, experto en arte, recibe el encargo de comprar en subasta una peculiar pintura, que se piensa pudiera ser de Bacon. También localizar, antes de la anunciada visita del Papa a Murcia, la Vera Cruz de Caravaca, una importante reliquia sagrada robada hace décadas. Pero pronto descubrirá que ambos objetos están en el centro de una trama retorcida y peligrosa cuyo conocimiento pondrá a prueba su fe católica.

Comentario:

La novela ganadora del último premio Indie de Amazon podría ser catalogada, en razón de su aparente argumento, como un thriller de misterio y de búsqueda de objetos sagrados al estilo del Código Da Vinci y similares... Podría, pero no debería, ya que por debajo de un inicio que promete la repetición de un esquema ya muy visto en este género, la historia, según avanza, va cambiando y tornándose cada vez más oscura y retorcida, hasta llegar a un desenlace ciertamente sorprendente, no solo en lo argumental sino casi más en lo ideológico. 

Durante el primer tercio, que es algo pausado, y centrado más en la descripción de los personajes que en la trama de investigaciones (algo necesario para observar su cambio y evolución posteriores), llegas a creer que transitas por lugares conocidos, y como ya mencioné, bastante explotados en la literatura reciente. Sin embargo, a partir de que Elías, el personaje principal, el detective, se pone en marcha y comienzan a desvelarse los misterios, y él a sufrir reveses, observamos que, aunque se intuyen algunas cosas (como el parentesco de ciertos personajes), el desarrollo de la mayor parte de la trama resulta imprevisible. 

Contribuye a tal imprevisiblidad la estructura adoptada, que, aunque no es novedosa (intercalar hechos del presente y del pasado, puntos de vista de varios personajes, dejando en el misterio la identidad de alguno de ellos), sí que funciona bastante bien para crear intriga, y se nota pensada y trabajada. De igual modo, la adecuada dosificación de la información ayuda al lector a reconstruir en su mente los hechos y a explicar lo anterior, a atar cabos y formular hipótesis.  Me ha gustado que no se oculte en demasía al "villano" de la función (o uno de ellos). Muy astutamente se deriva la intriga hacia otros puntos; no es tanto averiguar quién ejecuta las maldades, sino la razón por la cual lo hace, y que es donde se encuentran las mayores sorpresas. 

A diferencia de otras novelas de "misterios religiosos", el objeto inicial de la búsqueda es un mero "macguffin" que oculta un secreto mucho mayor, y dentro de lo que cabe, bastante original y arriesgado en su planteamiento.

Aunque no es la primera ni la única historia de esta índole que crítica a la Iglesia Católica, no podría decirse que sea "arreligiosa" o "antirreligiosa", ya que parece oponerse a la corrupción de las instituciones y de sus representantes la búsqueda de una religiosidad más personal y mística, de un cierto tono maniqueo (en el sentido dualista e histórico de la expresión). Y es que, como en las novelas de este "género", hacen su aparición (o son mencionados) movimientos de creencias dualistas como los cátaros, los gnósticos (relacionados todos ellos con los "maniqueos" o seguidores de Mani), los agotes, el símbolo de la pata de la oca... pero a diferencia de la mayor parte de las otras, no se sueltan rollos relacionados con estos, con propósito didáctico, sino con una función en la trama, al servicio del "mensaje".  También destaca su talante políticamente incorrecto y su "inversión de valores" casi al estilo de Nietzsche, y en coherencia con la ideología gnóstica, sobre todo en relación con el tratamiento del sexo o las drogas (algo muy importante en la novela, y en las motivaciones de los personajes).

Sobre este particular, hemos de decir que no es una novela apta para todos los públicos, y que las personas con sensibilidad o moral convencional quizás no encuentren agradables bastantes de las situaciones descritas, bastante atrevidas. No me refiero a descripción de actos sexuales solo, sino a que, por ejemplo, tenemos una chica de doce años que disfruta del sexo (consentido) o varios lances incestuosos, pero desde un punto de vista positivo, sin carga culposa ni nada por el estilo. También hay actos sexuales perpetrados por la clerecía. Y violencia explícita, que incluye crímenes, torturas, violaciones... 

Si tuviera que ponerle pegas a la novela, diría que empieza algo lenta, luego toma velocidad, en algunos pasajes excesiva, y luego, por fin, encuentra el ritmo adecuado y acelera de un modo conveniente para preparar el desenlace y aumentar la intriga. Otra cosa que me ha parecido algo exagerada son los vínculos familiares controvertidos (a pesar de que están justificados por el "mensaje liberador")... y, sobre todo, el final, algo rocambolesco... o muy rocambolesco. Lo más curioso es que si cuento el argumento y su desenlace, me resulta algo "surrealista" y descabellado, pero no tenía esa impresión cuando lo iba leyendo, demostración de que los autores han logrado suspender mi incredulidad lo suficiente como para meterme en la historia (aunque es algo chirriante que cierto recurso sirva lo mismo para despertar la creatividad que para dar fuerza física y otras cualidades). También podría haberse moderado la exposición de la moral de la protagonista (en algún momento demasiado discursivo y sermón, pero tampoco es que moleste mucho. He visto cosas peores. Además, ella misma matiza y posee cierta autocrítica).

En lo formal, la redacción es correcta. En líneas generales, está bastante bien acabado, algo que, y no quisiera que sonara negativo, no suele verse en los libros autoeditados en Amazon. Se nota enseguida que tiene una hechura profesional y que ha sido pensada y estructurada con oficio.

Otro punto fuerte es el personaje de L., que a mí me ha recordado un poco a Salander (la de la saga Millenium), salvando las distancias, por su moral tan "peculiar", su coherencia y su valentía. Elías es algo menos fuerte como personaje, pero representa bien su rol de hombre de moral católica, en apariencia sin dudas, pero que cambia según va recibiendo información. El  Papa no me lo he creído mucho, no por lo que piensa, sino porque lo explicite de manera tan cruda.

En resumen, una novela curiosa. No voy a decir que sea alta literatura; imagino que sus autores no pretendían tan cosa, pero entre las miles de aventuras con temática religiosa destaca por su atrevimiento, una documentación adecuada (sin meter wikis a lo bestia, sino donde procede), reflexiones interesantes y diferentes sobre la iglesia, la religión, la moral, la creatividad en el arte, las drogas, y otros temas... Además, no está mal escrita y mantiene la intriga hasta el final, pese a su trama algo extravagante. El título, por cierto, es un ingenioso juego de palabras que alude a una falacia lógica y a la vez al circo donde viven algunos de los protagonistas.


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jueves, 17 de noviembre de 2016

El unicornio, de Iris Murdoch

T.O.: The Unicorn, 1963
Editorial: Impedimenta, 2014
Traducción: Jon Bilbao
352 páginas
22,70 €

Argumento:

Marian Taylor llega al castillo de Gaze creyendo que va a trabajar como institutriz. Pronto descubre que su misión será otra.

Comentario:

Si bien «El unicornio» parece ser considerada una obra menor entre las de su autora, se pueden observar en ella temas habituales en el resto de su producción: la reunión de un grupo de personas, que giren en torno a otra que permanece en segundo plano, la inclusión de un elemento nuevo que sirve de catalizador para cambiar la situación, los dilemas morales, los impulsos sexuales (heteros y homosexuales), sentimentales y románticos etc…

«El unicornio» empieza con la llegada de Marian Taylor al castillo de Gaze, un lugar aislado, misterioso, con los habitantes de la casa vecina, Riders, como unos vecinos. Ella cree que trabajará como institutriz y se encuentra ejerciendo de acompañante de Hannah (el unicornio del título, descrita como un ser excepcional), prisionera más o menos voluntaria, custodiada por una serie de personajes atrapados y condicionados por sus propias circunstancias, que les mantienen a la espera de Peter Crean―Smith, marido de Hannah, cuyo regreso puede ocurrir, o no, en cualquier momento.

Incapaces de tomar decisiones, todos parecen creer que será Peter quien, de alguna manera, les libere, acabe con la rutina tan cómoda como resignada en la que viven. Son, sin embargo, la llegada de Marian y el regreso de Effingham (eterno enamorado de Hannah), cuyos puntos de vista, en tercera persona, se alternan para mostrar tanto la situación como a los personajes, los que inician un intento de cambio en apariencia bienintencionado que tiene consecuencias inesperadas.

La novela tiene un desarrollo pausado, en el que tanto las descripciones de los paisajes, inhóspitos y aterradores, peligrosos, una extensión de la prisión que es Gaze para sus habitantes, como las reflexiones interiores de Marian y Effie contribuyen a crear una atmósfera inquietante, confusa, con toques góticos y misteriosos, llevando a los personajes a un  punto en el que se ven abocados a tomar decisiones, a tratar de hacer algo antes de que vuelva Peter, esa amenaza incierta que se cierne sobre Hannah, aunque también sobre los demás.

La autora consigue crear expectativa e inquietud, mantener el interés con sucesivas y bien medidas revelaciones, tanto acerca de lo que sucedió años atrás, origen del cautiverio de Hannah, como de las personalidades de unos personajes complejos, oscuros, atormentados, que fascinan y atraen a Marian, quien se siente romántica y sexualmente interesada por Gerald Scottow y Denis Nolan, protectora con Hannah, inquieta y desconcertada con Violet y Jamesie Evercreech, etc…

Curiosamente, centrar los puntos de vista en Marian y Effingham, con la inclusión de unas cartas que intercambia ella de un ex, consigue tanto alimentar la intriga como desdibujar al resto de los personajes, cuyos comportamientos y motivaciones, a veces extremos, impulsivos, pueden parecer absurdos, erráticos, contradictorios (pasan de amarse a odiarse sin motivo aparente), creando una sensación de desconcierto y confusión quizá deliberada.

En resumen, «El unicornio» es una novela bien escrita y desarrollada, que consigue combinar una atmósfera opresiva, de misterio, con tramas menos convencionales, como reflexiones sobre la culpa, el castigo o las consecuencias de la intervención no solicitada, con algunos altibajos de ritmo y un tramo final excesivo en emociones y reacciones.


***T***

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lunes, 14 de noviembre de 2016

La séptima función del lenguaje, de Laurent Binet

 La séptima función del lenguaje
La Septième fonction du langage
Laurent Binet
Traductor: Adolfo García Ortega
Seix Barral
448 páginas

 
Argumento:

El semiólogo Roland Barthes muere atropellado, pero no está claro que haya sido un accidente. El inspector Bayard y un joven profesor de la universidad, llamado Simon, investigan el asunto.


Comentario:

Hay que advertir que esta novela es un poco rara. Aunque el argumento se base en la investigación de un crimen, no es novela negra ni una novela policial. La estructura de misterio o thriller es una mera excusa para una especie de divertimento culto en el cual el autor introduce a famosos intelectuales (casi todos franceses, aunque también aparecen algunos de otras nacionalidades) y hace bromas e ironías acerca de sus ideas y personas, dentro de un ámbito temporal, el de los años ochenta en Francia (y en el mundo), muy bien reconstruido, con referencias a la cultura popular (cantantes, actores, presentadores de televisión, etc), a políticos como Mitterrand, Giscard, Rocard, Jack Lang, Fabius y otros, hechos históricos, etc.

La novela, pese a tocar áreas como la lingüística, la semiótica, la filosofía, la sociología, etc, no se hace ardua, ya que está narrada de forma ágil. Los personajes, como si de una novela de aventuras se tratara, buscan un misterioso documento con ciertos "poderes" a lo largo de diversas ciudades en su afán por aclarar la muerte misteriosa de Roland Barthes, un semiólogo francés que existió realmente (como espero que todo el mundo sepa...). Dado que hace un "cameo" el recientemente fallecido Umberto Eco, y teniendo en cuenta la estrutura narrativa adoptada y la temática, sospecho que el autor hace también un homenaje al semiólogo italiano, y a sus novelas, en las que conjugaba la erudición de un catedrático con la línea ligera de las historias populares de conspiraciones y aventuras.

Siendo así, no es extraño encontrar escenas de acción, encuentros con sociedades secretas que siguen protocolos y rituales "sangrientos" y absurdos, personajes misteriosos que aparecen y desaparecen, políticos que quieren ganar las elecciones con el poder de la palabra, vínculos inesperados entre hechos que no parecen tener nada que ver (las Brigadas Rojas, el atentado a la estación de Bolonia...), y alusiones a las funciones del lenguaje (que todos estudiamos en el colegio, aquello de la función fática, la conativa, etc) y las teorías del significado y el significante. Obviamente, también hay un componente metaliterario, que se plasma en el juego entre lo que se dice y lo que se quiere decir, los códigos de los géneros literarios, los héroes de la cultura popular como James Bond, las divertidas deducciones de Simon, que parece una especie de Sherlock Holmes de la semiótica, y sus dudas acerca de ser el personaje de una novela.

El tono, como es de imaginar, es de humor, un humor surrealista y, a veces, difícil de captar. Y es que la mayor traba para disfrutar esta novela es el desconocimiento de la gente de los autores-personajes y de sus teorías. Hablaré por mí, aunque de nombre conozco a casi todos los intelectuales citados, conozco muy poco sobre las ideas que defendieron, lo cual hace que me pierda los "chistes" o los juegos irónicos: Althusser, Foucault, Derrida, Deleuze, Kristeva, Lacan, Sollers, Eco, Barthes, Chomsky... y muchos más, aparecen en la obra; por desconocimiento (vuelvo a hablar por mí) a veces no sabes muy bien si lo que se cuenta son hechos reales o ficticios (aunque eso no afecta a la comprensión de la historia, por supuesto, pero sí hace perder matices). Lo mismo puede decirse de las charlas entre políticos, casi todos socialistas, que hay en el libro. Bien, Mitterrand y todos los demás sé quiénes son, pero las sutilezas de las diferencias idelógicas entre ellos quedan fuera de mi conocimiento.

Si se toma solo como novela de aventuras o misterio puede no resultar satisfactoria del todo, ya que la gracia es la broma y la casi parodia, y no la resolución de un caso policial.

Los personajes principales, Bayard y Simon, no son muy profundos que digamos, aunque tampoco es necesario. Cada uno representa una facción ideológica: lo reaccionario y el progresismo. A mí, personalmente, me ha gustado más el segundo, un intelectual que actúa casi como un héroe de aventuras, con su dosis de peligro, acción y hasta romance/sexo.

En resumen, una novela metaliteraria escrita según los códigos de los géneros populares donde hay lugar para todo: aventuras, sexo, feminismo, drogas, intelectualidad, rivalidades entre sabios, amputaciones de miembros, homosexualidad, saunas sórdidas, sociedades secretas inspiradas en la Palabra, un libro secreto que contiene algo que podría cambiar el mundo, mucha, mucha ironía y surrealismo. No apta para todo tipo de lectores, sin embargo.


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lunes, 7 de noviembre de 2016

Todo esto te daré, de Dolores Redondo

 Todo esto te daré
Dolores Redondo
616 páginas
Editorial Planeta
Premio Planeta 2016

 
Argumento:

Un famoso escritor recibe la noticia de que su marido ha muerto en un accidente de automóvil en Galicia, un lugar donde no debería estar. De inmediato, se traslada a la Ribeira Sacra para averiguar lo qué pasó.


Comentario:

Lo primero que destaca de esta novela ganadora del premio Planeta 2016 es la tendencia de la autora a contar en "largo" lo que puede hacerse en corto. Ya en el primer capítulo vemos como se demora dando vueltas, y usando miles de frases para contar un hecho simple, algo que es tónica durante una buena parte del relato. La primera pedrada en el ojo ya se encuentra en ese primer capítulo, con fallos gordos de revisión. Obviamente, nadie es perfecto y, como suele decirse, hasta el mejor escribano echa un borrón, pero aquí hablamos de una novela que ha recibido un premio literario por parte de una editorial potente, la más potente de España. Digo yo que tendrán dinero para pagar revisores y correctores. Más adelante, vuelven a aparecer erratas y hasta faltas ortográficas bastante horrendas ("hondas" en lugar de "ondas", en el sentido de ondas en el agua).

Los primeros capítulos me han parecido muy aburridos y muy hinchados de "paja", en especial por las reflexiones-pensamientos de corte intimista del personaje principal, escritos en un estilo híperbarroco que dificulta mucho su comprensión, demasiado repetitivas, además, y muy tópicas. Hay flashbacks que no sirven para mucho (lo que descubres una vez terminada la historia); y un regodeo bastante acusado en lo sentimentaloide.

Aunque el protagonista es un hombre, a mí, durante la mayor parte del tiempo, me ha dado la impresión de estar leyendo un punto de vista femenino. En especial, me ha resultado nada creíble el instantáneo amor que siente por el protagonista (dechado de perfecciones, por cierto) el sobrino de su difunto esposo, el cual ya nada más verlo casi lo trata de "tío" y se lanza a él como si lo conociera de toda la vida. Todo lo relacionado con el niño es azucarado y meloso.

Al terminar el libro, también te das cuenta de lo deslavazado de la trama y las diferentes subtramas, algunas de las cuales simplemente se olvidan en favor (por suerte) del misterio central. Por ejemplo, al principio nos mete trozos de la novela que está escribiendo, y que son copiados literalmente de la que lee el lector. Pero una vez dice que va a publicar esta y no la que tenía pensado, zas, nos olvidamos de ese tema. ¿Para qué nos pone esos trozos en cursiva?

Y es que la autora mejora cuando toca su campo conocido del misterio y el policial, al menos en un sentido estilístico, mientras que patina cuando intenta "hacer arte". Los párrafos "intimistas" a veces parecen metidos como un pegote en medio de la trama, como para alargar una novela que cuenta con 616 páginas, de las cuales sobra la mitad, en un cálculo generoso. Incluso hay capítulos cuyo objetivo es únicamente hacer postales o promos turísticas de la zona (las descripciones de las viñas de la Ribeira Sacra, los alegres vendimiadores, visitas a tabernas para tomar caldo, etc). La subtrama del policía y su familia, podría habérsela ahorrado, la verdad. No aporta nada (más que meter más temas sentimentales-truculentos y menciones a lo famoso que es el escritor viudo, y el amor y admiración que le profesa todo el mundo).

La falta de revisión que mencioné más arriba se manifiesta también en el abuso de expresiones repetitivas. Cada vez que aparece cierto personaje, al principio, se recalca su homofobia, y de otro, siempre se dice "la bella sargento". Por descontado, al menos se dice cuatro o cinco veces que los cielos son de cloro o están clorados (y plomizos, pero eso menos).

Un poco risibles las menciones del protagonista a su fama como escritor y a cómo todo el mundo con quien se encuentra le pide autógrafos, lo reconoce, es fan suyo, ama sus novelas... En la misma línea, los comentarios sobre el mundo editorial y los escritores (suena a opinión de la autora, ahí intercalada).

Como en su famosa trilogía, volvemos a encontrar una familia llena de secretos y truculencias y personajes tan exagerados que cuesta creérselos. Sin embargo, la trama policial es lo único que genera cierto interés, aunque resulta demasiado enrevesada; o mejor dicho: la autora la enrevesa en busca de la "sorpresa". A lo mejor me despisté en algún momento, pero me dio la impresión de que la resolución del misterio tiene cierto apoyo en un elemento "sobrenatural" que queda ahí sin explicar. Hay también algún intento de engañar a los lectores, como decir que un personaje tiene un mal presentimiento sobre otro, para hacernos creer que este va a morir, y luego no pasar nada. No descarto que se me haya despistado, pero...  ¿A qué viene tanta insistencia en la muerte de la hermana? Hay varios elementos en los que se insiste al inicio y luego se olvidan, normal, después de 600 páginas...

La parte final de la obra mejora, ya que se olvida de todo lo demás, y se centra en el misterio y la investigación. Hasta parece escrita con otro estilo. Lo cierto es que los cambios de estilo bruscos desconciertan mucho en esta novela.

Cuando descubres quién es el asesino, lo cierto es que ya te crees todas las explicaciones de los protagonistas investigadores sin pararte a analizar; yo al menos, era incapaz de recordar cada pista y cada aportación de testigos, al haber demasiadas y embarullar la autora con varias personas involucradas. Y encima el "secreto" me ha parecido poco interesante e incluso inverosímil. Todo, además, muy melodramático, histérico, exagerado. A los fans de este género seguro que les encanta: la autora da tantas vueltas que los mantendrá muy atentos y expectantes con tensión continua hasta el final.

En resumen, una novela de investigación policial (casi amateur, en el sentido de que investiga un no policía casi todo el rato), con una familia llena de secretos, un exceso de sentimentalismo, de postal turística, de tópicos sobre Galicia, un exceso, también, de páginas, a la que le hubiera venido muy bien una revisión profunda (corrección de estilo, uso de tiempos verbales, etc) y amputación de capítulos, pero que, si nos centramos solo en el misterio, puede resultar entretenida a los aficionados al género ya que ofrece todo lo que estos demandan.

Algunas erratas y errores localizados:

Solo se escribe sin acento, así como este, ese, aquel y, sobre todo, eso/esos (en el libro aparecen acentuados).


"—Soy el alférez Castro, y a la ofensa mi compañera, la sargento Acosta, ¿nos permitiría entrar? Hablaremos mejor dentro." (¿A la ofensa?)

" Álvaro estaba triste, tanto que no podía disimularlo. Comenzó a llegar más temprano a casa y en un par de ocasiones relegó en Mei la presentación de proyectos fuera de la ciudad" (¿Relegó? ¿No será "delegó"?)

"Un grupo de mujeres enlutadas se sostenían unas a otras mientras lloraban" (Grupo es singular)

"A sus pies, los bancales que le habían parecido perfectos trazos desde el seno del río dibujaban HONDAS y curvas que se adaptaban con fidelidad a la piel pedregosa de la montaña" ("ondas" es sin hache en este contexto)

"Las de mi familia no tienen nada que ver con las viñas de heroica" (Heroica aquí es un nombre propio).

"tampoco es que eso sea muy grave, pero toma Sintrom, un medicamento para evitar el ictus, pues no coagula bien, y tuvo una fuerte hemorragia y lo tuvieron que trasladar en ambulancia" (¿No coagula bien? ¿Pero el Sintrom no es precisamente un anticoagulante?)

"El blanco impoluto en la etiqueta era norma tan sólo infringida por las letras en plata con un trazo orgulloso que parecía escrito en metal fundido. En las entregas de la H se veían cúmulos de plata, como si allí se hubiera depositado el metal candente, y la cola de la última letra se había prolongado en un trazo osado extendido con pasión hasta la extinción del metal" (en un solo párrafo tres veces "metal". Y eso de "entregas" de la H...)


Algunos fragmentos escogidos:

"Se había inventado aquel subterfugio justificativo para convencerse de que podía huir de la mentira, aunque de lo que huía era de la verdad, desdeñando las señales de que en su interior ya llevaba el corrosivo que le devoraría las entrañas hasta destruirlo por completo, y más tarde, improvisando aquella especie de misión de Hércules, un reducto en el que mantenerse en lucha bajo la disculpa de estar sometido por una fuerza espectral, una inevitable inercia que le obligaba a hacer lo que había que hacer"

"Miró a la noche cegado por el panorama de desolación interior que se revelaba ante él: finalmente entendía que el lugar donde se había escondido hasta ese momento ya no le daría cobijo; con sus propias manos había destruido el reducto que le había servido como refugio. Fue él quien renunció a la falsedad del consuelo que se había fabricado hacía sólo unas horas, cuando juraba no volver a mentirse y, sin embargo, como un adolescente que se niega a ver los fallos de su amada, salía huyendo ante la crudeza de la verdad. ¿Acaso la verdad sólo lo es cuando nos muestra aquello que esperábamos ver?, ¿cuando su revelación nos trae alivio frente el avance de la corrosiva incertidumbre? ¿Y si, en lugar de bálsamo en la herida, la verdad es un nuevo ácido más virulento todavía?"

"La atmósfera fría del exterior, en la que la niebla se había cerrado bajando considerablemente la temperatura, había transformado la luz de las farolas del acceso vecinal en fantasmagóricos derviches que, como integrantes de una santa compaña, arrastraban sus penas por los caminos"


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jueves, 3 de noviembre de 2016

Rey de picas, de Joyce Carol Oates

T.O.: Jack of Spades, 2015
Editorial: Alfaguara, 2016
Traducción: José Luis López Muñoz
232 páginas
18,90 €
Ebook: 9,99 €

Argumento:

El escritor de misterio Andrew J. Rush recibe una denuncia por plagio y toda su vida empieza a desmoronarse.

Comentario:

«Rey de picas», narrada en una muy pertinente primera persona, relata la inmersión de su protagonista, Andrew J. Rush, en una locura latente desencadenada, en apariencia, al recibir una denuncia por un plagio en el que cree no haber incurrido.

Si bien al principio puede dar la impresión de un exceso de obviedad en cuanto a la personalidad de Rush (no es difícil adivinar lo que le sucede), pronto se entiende que es deliberado y que es él quien parece incapaz de percibir una situación que no puede controlar.

Desde las primeras páginas se muestra tanto la obsesión por mostrar una apariencia de «perfección» (como persona, esposo y autor) y control de su vida como esa otra identidad, el Rey de picas, quien «escribe» unas novelas que, por su contenido, no quiere firmar con su nombre, en las que da rienda suelta a sus fantasías, basadas en hechos reales de su vida.

Entre las obsesiones de Rush destaca el empeño en referirse a su mujer, Irina, como «Mi querida esposa» (una frase que se va haciendo más inquietante según avanza la historia y las situaciones en que se utiliza), y en compararse, incluso competir, unilateralmente, con Stephen King, cuyos éxitos menciona repetidamente en contraste con los suyos, mucho más modestos. Incluso hay un momento de la historia en la que utiliza su nombre, además de referirse a varias obras del autor, entre ellas «La mitad oscura», con la que «Rey de picas» tiene algunas similitudes (es de suponer que intencionadas).

Si bien la narración se recrea en ciertas situaciones: la declaración ante el juez de C. W. Haider por el plagio, Stephen King o la insistencia en distanciarse de un Rey de picas que va cobrando protagonismo inmiscuyéndose en sus pensamientos,  sugiriendo futuros actos violentos (frases en cursiva que interrumpen el discurso de  Rush, muy al estilo de King), al final da la sensación de que la novela no aporta nada nuevo, ni lo cuenta de forma diferente, al tema del personaje sumergiéndose progresivamente en la locura.

Quizá sea la «visita» de Rush a la casa de Haider, en su ausencia, y lo que allí descubre, entre sus libros, la parte menos convencional y, lamentablemente, más desaprovechada de «Rey de picas»: ni siquiera se explica si es una fantasía del protagonista o un hecho real.

El final, un tanto precipitado en cuanto a la evolución de Rush hasta tomar esa decisión, tampoco resulta especialmente impactante, siendo la corrección y el oficio de la autora lo que más destaca en una novela tan entretenida como olvidable.


***T***


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